martes, septiembre 27, 2005

Capitulo V: Sic transit glori mundi

Como un tigre elemental, Tharloff avanza entre los juncos. Retener sus poderes, caminar cuando se puede volar, es una tarea que requiere de toda la concentración. Nunca dominó el arte de ocultar el ki, pero su habilidad tendrá que bastar esta vez.
En el claro, iluminado por la luna, está el hombre que lo vio. Medita, en una posición clasica del loto. Su rostro es kalanite, cabellos oscuros bien cortados en un patrón simetrico. Ojos bien cerrados. Una expresión de profunda concentración. A sus pies, una cadena terminada en una punta en un magmor, y en la otra una kama. Sus brazos son musculosos pero no desproporsionados; la fuerza para manejar esa arma debe venir de su propia alma, no de sus músculos.
Tharloff, con la experiencia que dan los años, contempló al hombre. No era un guerrero kalanite, ni tampoco era queuriano. Pero su rostro es endomonico, y su forma de vestir queuriano.
Es el hombre que vivió dos vidas. Él y su hermano. El hombre que Vió lo sucedido esa noche de Nebelas, en el sello de los planos. Cuando los opuestos se aliaron.
Tharloff avanzó despacio. Cuando estuvo al alcance de la cadena, gritó:
-¡Misterioso extraño! Soy Tharloff el Dorado, y he venido a parlamentar contigo.
La voz cavernosa, precisa, monocorde del Hombre que Vivió dos vidas le respondío.
-Acercate sin miedo, hermano. Escucharé tu parlamento. Mi Nombre no puede ser pronunciado, por ello, no te lo doy. Puedes llamarme como quieras.
- Se de ti, forastero. Se que no se te debe dar dos veces el mismo nombre o apodo, porque los perros de los tindalos acechan por tu cuello, y ellos huelen las palabras y las imagenes mentales que decimos como otros siguen los olores. Se que fuiste uno de los cinco que penetraron en el Sanctum de los Nueve Portales. Se que tu sacrificio y el de tu hermano salvó a Kraad de la devastación, de la guerra de la sangre. Se que luchaste contra tu propia sangre, pero solo por fingimiento y falacia; se que burlaste al Burlador Tenebroso y atemorizaste al Temible Rugiente. Salve, aquel que fue un ordomante y hoy es algo que no es.
- Bien hablado, hermano Tharloff el dorado. Nuestro nombre es la etiqueta del hilo que une nuestras almas con el gran Ovillo que hilan las nornas. Sin un Nombre, perdemos la identidad, perdemos la esencia. Cada vez que pronunciamos un nombre, alteramos el universo, otorgamos identidad y esencia. Un nombre es un regalo precioso; pero es un regalo en muchas casos imprescidible. Aunque no puedo darte el mio, deseo conocer el nombre de aquel que te dio tal información.
- Puedo dartelo, porque los Sabuesos hace tiempo que no lo persiguen a él, el que supo ser tu compañero en tu vida anterior. Vengo de parte del virtumante, del Centauro Manco, de Rusplikinty.
- Largos han sido los años. Las dotes de Nebel me dieron longevidad. Se que el carece de ella. ¿Porque has venido, oh, Tharloff el dorado? Porque desmepolvas viejas tumbas de la gloria y el pasado?
- Tu hermano, sire. El que fue siempre tu sombra y tu reflejo, tu imagen en el espejo.
- Como yo, él ha vivido dos vidas. Nada se de él.
- Tu hermano, vagabundo, ha cometido un crimen. Si no lo encontramos, el Destino de Kraad será nefasto. Y eres el único que puede ayudarnos.
---
La cazadora de recompensas Rincofalda Hispanianame esperaba en un callejón de Goldenvone. El smog y la humedad la molestaban; del cielo caian cenizas emanadas de los hornos de fundición. Estaba escondida detrás de un cubo contenedor de desperdicios, carbón humedo en su mayoria, probablemente para alimentar las locomotoras del ferrocarril cercano.
Eran más de las tres de la madrugada. El bario, Whitechapel, antiguo barrio sacerdotal convertido en zona roja. Cincuenta años atrás, un asesino experto se entretenía cada noche matando una prostituta diferente. Nunca fue atrapado. Tantos años despues, un nuevo asesino (o acaso el mismo) había vuelto a aterrorizar la ciudad. Por supuesto, había una generosa recompensa por su cabeza. Viva o muerta.
Recomensa que Rincofalda deseaba cobrar, aunque no por el dinero en si. Hasta entonces, solo habia capturado a delicuentes menores: traficantes de polvora, estafadores, defraudadores fiscales, abolicionistas. Nunca un verdadero reto, nunca alguien que supiese manejar un arma minimamente. Deseaba, casi fisicamente, ansiaba poder demostrar de lo que era capaz, demostrarle su verdadera fuerza a su abuelo, que siempre la reprendía por los peligros que corría.
Esa noche, a las tres de la mañana, por el humedo callejón de Whitechapel resonaban los pasos de fuertes botas de montar. Desde su escondite, Rincofalta observó al hombre. Estaba tremendamente gordo; debería pesar mas de 150 kilos. Iba cubierto de una capa sobredimensionada y un sombrero de alpaca rojizo. En la mano izquierda llevaba una espada larga, chorreando sangre. La oscuridad no le dejaba ver su rostro.
Por primera vez desde que habia comenzado su carrera profesional, Rincofalda sintió miedo. Su instinto de cazarecompenzas chillaba por su presa, pero el miedo era terrible. Este asesino no era un simple ladrón con una buena daga; era una máquina de matar psicopata, un verdadero hitokiri sediento de sangre. No tendría oportunidad de salir viva si lo combatía. Había morido más de lo que podía masticar.
Se ocultó más en el carbón, y dejó de mirar. El asesino caminó como si nada, como si simplemente paseara. Sintió los pasos cada vez mas cerca, y luego se detuvieron, como si mirará el montón de carbón.
Desesperada, Rincofalda asomó y vio que la espada no era un espada larga. Era una katana, de un vistoso metal negro. Fue lo último que vio antes que el arma se incrustará en su cráneo.
--

Era un pueblo oscuro, casi en la frontera noreste del imperio de Enor con el imperio Queuriano. Nunca habia tenido nombre, ya que los funcionarios del mikado no se aventuraban a zonas tan bárbaras sin una buena razón. Y darle nombre a un monton de casuchas no era una buena razón.
-¿No se habrá acobardado? -interrumpió Hitamo.
-Él estará aqui cuando sea el momento.-replicó
El giff gruño, masticando su habano sin encender.
Por lo que le habían contado el viajero sin nombre, los habitantes del poblado eran todos hijos y nietos de su hermano: una sociedad completamente aislada y endogamica, cuyo antecesor comun era una única persona. Que habitaba entre ellos, casi como un jefe tribal. Cuando no estaba en sus viajes por el mundo.
Un resplandor de teleportación iluminó la madrugada. Era el centauro. Hitamo pensó que habia envejecido mucho desde la última vez que lo vio, trece años atrás, cuando el viejo intentó matarlo.
El centauro era sabio pero orgulloso. Se acercó lentamente, sin decir palabra.
-He venido, por respeto a mi amigo Tharloff. Se que los eventos de hace 13 años fueron un error de mi parte. Estaba cegado por el dolor; vi pisadas profundas, heridas de katana, y pensé lo peor. Te pido disculpas- Pero los ojos del centauro no expresaban arrepentimiento.
El giff asintió con una mueca, y dijo
-Tambien yo te pido perdón. Cuando me atacaste, me excedí en la fuerza necesaria para defenderme.
Tampoco sus ojos mostraban arrentimiento.
-El tiempo ha pasado y las cosas son como son. Ahora, nos necesitamos los unos a los otros, y hay que capturar al verdadero responsable. -terció Tharloff- Ahora, densen la mano, y vamos a lo nuestro.
El giff y el centauro se dieron la mano en silencio.

3 comentarios:

Sibling dijo...

WTF?!!! El que cada vez se entienda menos es muy bueno y muy malo. Muy malo (precisamente por eso), muy bueno porque demuestra que esto es algo que da para laaaaargoooooo...

Por otra parte, no entendí este fragmento:

"Por lo que le habían contado el viajero sin nombre, los habitantes del poblado eran todos hijos y nietos de su hermano: una sociedad completamente aislada y endogamica, cuyo antecesor comun era una única persona. Que habitaba entre ellos, casi como un jefe tribal. Cuando no estaba en sus viajes por el mundo."

O yo no entendí o te esta agarrando un caso de Chchofagia gramatical, si podes corregirlo, y si esta bien explicamelo (please). Nos vemos.

Anónimo dijo...

No exactamente. Todos los habitantes son hijos de Joshep o hijos de hijos de Joshep, both ways.

Anónimo dijo...

Propongo cortarle las 2 manos a al DM para que deje de escribir!! ¿Quien esta conmigo? Muy buena historia aunque debo decir que medio ya perdi el "hilo" de la cosa pero esta bueno que se cuenten pequeños capitulos para llegar al fina. Eso si nada de "la confecion de SOTA" plis!!!!