domingo, septiembre 18, 2005

Capitulo I: Ex nihilo nihil fit

-Esa es toda la historia.
El silencio reunió nuevamente. La doncella élfica alzo las cejas; sus ojos blancos miraron sin ver al maduro enano. Habia guardado silencio hasta ese momento, pero entonces habló y dijo:
-Oh, mi Thain, he escuchado sus palabras. Haré que esa información llegue a oídos del Señor Tressym, palabra tras palabra. Más ahora, mi curiosidad me obliga a solicitarle, si vuestra merced me concede el don de hacerle una única pregunta.
El enano la miro largo rato. Luego, gruño y asintió.
-Tal es mi pregunta, y confió que vuestra majestad no la considerará atrevida : cuales es la motivación que ha llevado a vuestra merced a rebelar esta información a un señor de los elfos, un monarca cuya corona siempre ha estado enemistado con la suya; cuando durante más de 70 años ha sido capaz de morir por mantener el secreto de vuestra hazaña?
El enano frunció el seño, confundido.
-Tengo mis intereses. –respondió al fin- He escuchado noticias preocupantes de diferentes rincones de mi imperio. Un sabio mago que trabaja para mi me advirtió que estas son las consecuencias de la profecía de Asinkrot, que tanto tiempo llevé sobre mis espaldas. Además, soy el ultimo superviviente que presenció la escena. Magetrain murió en la Guerra. La Valyant desapareció, junto con los Trece Arquitectos. Hace un par de años, Kappa fue asesinado por los Particularistas. Yo soy el último que queda de los Libres, y no quiero llevarme el secreto a la tumba.
-Pero hay otros que sabían... El Príncipe Altyon...
-Los Diez solo tenían una comprensión parcial del evento; solo sabían aquello que los dioses, por boca de Mitra les dijeron. Ciertamente, Cusack sería el más peligroso de todos ellos, el único que logró acercarse a la Apoteosís sin alcanzarla. Pero Cusack ha perdido la razón luego de la guerra y fue facil capturarlo. Ahora vaga ahora en los calabozos de Minas Orion: mis hombres tienen órdenes de dejarlo morir de hambre. Shaoran ha calculado que morirá en veinte años más.
-Mi curiosidad ha sido satisfecha, oh, poderoso monarca, señor de todos los enanos. Estoy completamente a vuestra disposición.
-Mucho tiempo hemos perdido, heralda; debes cumplir vuestro cometido. Habla con Shaoran; él se encargará de transportarte hasta Fuerte Shado, donde te esperarán los hipogrifos. Parte rauda, Pietra Silmarëll, Valaquenta de Dämoral. Nuestra era llega a su fin, la nueva edad está a las puertas.
***
Fuerte Shado, fundado veintiséis años atrás por el Thain, es un enorme espolón de piedra negra que surge del mar de Tenostalión. Durante la Guerra, los enanos ascendieron desde las profundidades de la Infraoscuridad y socavaron el enorme peñasco por dentro; la obsidiana del interior reforzó las murallas exteriores. Docenas de samurais intentaron penetrarlas entonces, pero fue imposible. Fuerte Shado resistió, la Kômentak armada con sus hachas terminales fue más fuerte que los hijos de Queur.
La Paz había traído tranquilidad al Fuerte Shado, pero no calma. Rodeada de agua helada, era un lugar donde ningún enano quisiera estar voluntariamente. Aquellos que permanecía en el fuerte habían sido enviados allí como castigo; era la vida en Fuerte Shado o la muerte: la lapidación en el mejor de los casos, la asfixia por inmersión en el peor. Fuerte shado era la ciudad de los parias. Aun los miembros de la Kômentak consideraba su designación como un cruel castigo, y eso a pesar de ser los tiranos y monarcas del helado espolón.
Pero Pietra Silmarëll no notó eso al cruzar por las calles negras y claustrofóbicas, cubiertas de décadas de mugre. Su misión era lo único que importaba ahora. El Moriae habia desaparecido, su existencia convolutivamente disociada de la misma estructura del multiverso. Sin Moriae, sin un proceso calendarizador, el multiverso marchaba indefectiblemente a una muerte por entropía, al predominio del azar sobre la superestructura.
-Lo que Maerios llegó a explicarme fue que el momento especifico que Moriae desencadenó los propios eventos que conducirían a su desaparición, se produjo una, a falta de una palabra mejor, una explosión de aleatoriedad que separó las esferas de la Existencia y la Esencia. Nuestro multiverso es la conjunción de estas Esferas; a medida que la separación se hace más fuerte, los planos sucuben a la aleatoriedad. Sin un esquema teleológico que las integre, las filosofías de los planos exteriores se difunden en una amoralidad equívoca, tan diferente de lo que llamamos caos como de lo que llamamos orden, bien o mal. La concordancia de los opuestos desaparecerá. Cuando toda moralidad desaparezca, también desaparecerán las Alineaciones, y con ellas, los entes que llamamos los dioses.
-¿De cuanto tiempo disponemos?
-Es difícil precisarlo, porque el tiempo no es más que un efecto determinista, que emana de la misma Realidad del Destino. A medida que la separación se concreta, que el mundo se sumerge en una espiral indeterminista, la misma noción del tiempo y el espacio se vuelve caordica. Con todo, Maerios me rebeló que los planes exteriores serían los primeros en caer, al estar en la periferia de la superestructura. Las creencias se debilitarían; los dioses se volverían caprichosos e indefinidos, convenientemente adoraríamos a una misma deidad; todo el panteón de los nueve se fusionaría en una única superdeidad. Por supuesto, de la misma manera que llamábamos Corellon o Altalion al mismo dios, ahora le llamaríamos Altalion o Kargroth. Esto sin duda sucede ya, aunque por supuesto tomará años que sea aceptado realmente, aun por los mismos sacerdotes.
-Por alguna razón, siempre pensé que era un efecto de la Guerra... Tantas muertes, tantas creencias destruidas; como si los dioses se hubiesen visto sobrecargados por tantas almas nuevas que recibir en sus reinos, y hubiesen terminado por asimilar almas incorrectas... y eso los hubiera confundido en una unica pandeidad
-Maerios advirtió de eso, pero nunca fuimos capaces de evitarlo. Hemos llegado, Dama Pietra.
-Te agradezco tu gentileza en traerme, Shaoran. Recuerdo la primera vez que nos vimos como si fuera ayer.
-Los años no han sido gentiles conmigo, dama. Pronto mis huesos cansados van a descanzar, pronto veré de nuevo el hielo de los drakkings desde abajo, y mi alma reposará en el Valhalla.
-¿Acaso no es el lugar que caerá primero, los planos exteriores?
-Eso –sonrió el anciano- no es otra cosa que una cruel ironía.

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