Una isla siempre es una metáfora. Dicen los sabios que como la noche crece ante el día, la isla crece ante el mar; son el uno si el otro. La costa que la limita es también la que la contiene.
El mar de osse esta plagado de islas metafóricas, a mitad de camino entre los reinos de la alegoría y la realidad. Algunas, cuentan los teleri, estan habitadas nada más que por animales sabios, capaces de hablar todos los idiomas y vegetarianos. Otras, por lo contrario, son en realidad la parte exterior del caparazón de un monstruo marino durmiente, que la continua erosión ha llenado de tierra, árboles y rocas (por esta razón, cuando los teleri hacen tierra, lo primero que hacen es clavar una profunda adarga en el suelo; si brota sangre u otro elemento vivo, abandonan la isla de inmediato).
Dicen los minotauros que las islas son el lugar perfecto para vivir. Dicen que hay una isla perfecta para cada minotauro; navegar no es más que buscar esa isla. No es extraño, por lo tanto que muchas veces los minotauros prefieran tocar tierra y verificar con sus ojos la naturaleza de la tierra deslumbrada, aun cuando sea inconveniente, demoroso o incluso peligroso.
Los avarieles dicen que algunas islas no están en el mar, sino en los cielos; flotando entre las nubes. Gigantes de piel blanca gobiernan estos pequeños reinos, y tratan con alevosía y desdén a sus visitantes. Sus manjares están hechos de niebla solidificada (por encantamiento quizás), y beben purísima agua de rocío como el más preciado de los vinos. Sus armas están hechas de metal transparente y cristalino, duro y pesado como el bronce.
Se sabe de islas flotantes, creadas por gnomos o otras criaturas parecidas; pero siempre están desabitadas, repletas de baratijas. Algunas tienen restos barcos y bajeles perdidos en naufragios.
Hay una isla traidora en el mar de Kratarn, que se asemeja al puerto que el barco pretende ir. Cuando el barco observa la isla por sus catalejos y ponen curso hacia ella la isla se aleja cada vez más. La mayoría de los capitales reconoce a la isla traidora, y retoma su curso anterior, pero algunos aceleran y logran tomar puerto en la isla. Nada se sabe de ellos; sus barcos son encontrados vacíos, flotando en las aguas.
Una conocida historia entre los piratas drakkings dice que hay una isla en algún lugar del océano que está maldecida. Cuando se produce un naufragio cerca de esa isla, todos los náufragos resucitan inexplicablemente en sus playas. Al pasar los días, cosas horrendas y sin nombre aterrorizan a los marineros. Pero al tratar de volver a la mar, sin importar cual sea el rumbo que tomen, terminan por regresar a la isla. En realidad, la isla es un semiplano del reino del pavor, llamado por los Uleanicos el Ravenloft. En general, siempre es conveniente desconfiar de las islas.
---Extraido del cuaderno de viajes de Eidan, sirviente de la palma
1 comentarios:
Che, que está muy bueno esto!
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