viernes, febrero 25, 2011

XXXIV:Mors tantum pro certo habet victoriam ut primas nobis tribuit aetatem

Armand continuo su movimiento y se estrello contra una pared. Era mampostería fina y la atravesó fácilmente, antes de darse cuenta de que podía frenar. Afuera, se detuvo en el aire.
Estaba en Tera. Las casas bajas, el Coloso de Tera a lo lejos. Mas puntualmente, la Calle del Carnero, en el barrio de la Vanguardia.
Mas interesante aun, era Tera veinte años atrás. El triunvirato había adoquinado esta calle hacia tiempo ya. La gente que pasaba por la vereda tenias chaqués, camisas de manga ancha, pelucas blancas y botas. Hoy en dia, preferian levitas, sacos, sombreros de copa y zapatones.
-No es real.
Armand se volteo. Parada en la terraza, Fleur lo miraba.
-Mira la gente. No nos miran. Somos invisibles para ellos. Esto es una ilusión.
-Fleur. -Se obligo a tranquilizarse. No podia atacar a una oponente tan serena.
Fleur realmente disfrutaba del paisaje y la fresca brisa de su ciudad natal.
-¿Crees que estemos aqui por mi? ¿Sera una representación de mi infancia?
-No lo se. Lamuel me dijo que al llegar aqui entraban en salones que se adaptaban a los recuerdos de las personas. Como los iludecks uleanicos. - Armand sintió que su furia se disipaba rápidamente.
-A mi me dijo que eran escenarios de Duelos. -Le sonrió a su antiguo amante. -¿Tenemos que luchar?
-Si. Vamos a luchar.
-Excelente.- La excitación le hacia brillar los ojos. -Hace tiempo que me preparo para este momento.
Esa sed de pelea le pareció a Armand tan digna de un karmigero. Pero el nunca la habia sentido. Aunque los años lo habían hecho duro y despiadado, no había sentido nunca el ansia de pelea física que estaba en todos sus colegas.
Sabia que en una pelea cuerpo a cuerpo, Fleur no seria un oponente. Pero aun así la estudió. Sus abuelos maternos habían sido compañeros de Landon, y según él, habían sido ambos excelentes espadachines. Su madre también era una espadachín excepcional, aunque en sus últimos años había abandonado la espada por el trabajo del político.
Fleur por consiguiente había nacido en una casa de una espadachina con mas riquezas que nadie en Kalan. Rabia aprendido de los mejores, incluso el viejo Barrabas, maestro de su madre, y del elfo Thyssias, maestro de su abuelo Courier. Su arma, Executrix, había sido encantada especialmente para su estilo de pelea por el mismo Maedrios, reencarnacion de Mandramas. Su semicoraza de esgrima había sido forjada especialmente por los Tres Forjadores, e incorporaba el mejor acero enano, la mas fina filigrana elfica y la mas poderosa fe goana.
Y su estilo... Fleur había derrotado ante sus ojos a uno de los peones de Charizar, un dragon dorado tan viejo como la misma ciudad de Tera. Pocos ataques de precisión bastaron, y el dragón se habia estrellado contra el suelo y no se levanto. No estaba muerto, claro. Fleur no mataba si podía hacer durar mas la pelea. Esa vez, Armand no le presto atención a la hazaña. Estaba acostumbrado a ver a sus amigos derrotar a los peores monstruos expeditivamente. Pero ciertamente, un dragón dorado anciano era mas de lo que un guerrero humano, por mas artillado y entrenado, pueda manejar solo.
Y al ver la seguridad con la que Fleur desenvainaba a la Executrix y la calma en sus ojos, se pregunto si no había subestimado a su antigua amante.
Claro que podría ser un bluff. Fleur era excelente en ello.
-¿Porque hiciste esto?
-¿Te refieres a armar un equipo de nuestros mayores enemigos individuales con vida, traerlos secretamente a la nave y dejar que se enfrenten mientras yo me apresuraba en llegar aquí antes que todos y convertirme sola en el nuevo Destino?
-Si.
-¿No es un poco cliché que el villano haga su exposición antes de la batalla final con el protagonista?
-No eres un villano. Enor es un villano. Metatron es un villano. Tu solo eres un peón.
-Gracias, yo también te aprecio, amor mio. Mientes muy mal. De todas maneras, Enor esta fuera de la competencia. Fuiste tu?
-Yo?
-¿Lo mataste?
-No. No se que sucedió con el. Hubo una explosión y desapareció.
-Ah, debe haber usado las botas de siete leguas. Debe estar por aqui, escondido en algun lado, buscando su momento para destruirnos. El hace esa cosas, sabes.
-Si. No fui yo. Tharloff lo enfrentó. Yo fui a buscar a refuerzos.
-¿No me digas que Enor te asustó, Armand? A ti, el poderoso Karmigero? Siempre supe que Tharloff tendría las pelotas que a ti te faltan.
Armand se encogió de hombros.
-Lo hizo bien, y casi pierde. Enor mató a Hitamo.
-Hitamo? Pobre gordo.
Un silencio. Armand seguia flotando en el aire, mientras que Fleur elongaba pisando el borde de la terraza. Unos cuervos pasaron croando y casi se estrellan contra Armand, como si no pudieran verlo.
-¿Porque hiciste esto, Fleur?
-Ah. No seas molesto, Armand. No voy a explicarte porque hago las cosas. Me dieron ganas. Queria reescribir la historia conmigo adelante. Porque convertirse en dios si puedes ir a algo mas grande?
-Podrias haberlo hecho sin tanta desidia. Ibas a venir aquí, y tendrias tanto derecho como cualquiera de ser el destino.
-Ah. Claro. Por lo menos tu y Hitamo estaban desesperados por ser el destino. Landon también, aunque a su manera, y no iba a oponerse abiertamente. Zeldon, el viejo Rusp, Tharloff, Casandra, Grana, a ellos les importaba un pepino. Solo vinieron por acompañarlos. Esto iba a terminar pasando, este duelo entre nosotros, solo que fue mas divertido y trajimos mas gente al juego. Ya basta. Quieres pelear o me tengo que subir encima como cuando eramos novios?
Armand se convirtió en un megaordomante (casi sin cambios de aspecto porque aborrecía esos detalles) y cargó. Fleur esquivó el puñetazo de Armand pero no su rodillazo y el golpe de reves subsiguiente. La armadura hizo su trabajo pero ella salio disparada al vació. Se frenó en el aire; pequeños alerones salieron de sus botas y voló hacia adelante, estoque en diestra. Armand desvió la hoja hacia arriba y de un rápido cuchillazo de karma la degolló.
Fleur cayó de rodillas, la mano en la garganta frenando la hemorragia. Pero repentinamente levantó su hoja en un angulo imposible de parar; esta penetró en el abdomen del horrorizado Armand y se detuvo al chocar con los homoplatos por dentro de su cuerpo. La espada entró en fase y despedazó sus costillas al emerger vibrante del pecho del karmigero.
Armand retrocedió y curo sus heridas con su karma. Fleur hizo lo propio con una estampita sagrada.
-Round tres - jadeó Fleur, y saltó hacia su enemigo, una segunda espada en la izquierda. Era una hoja arcoiris, que desplegaba múltiples rociadas prismaticas en cada mandoble.
Armand paró las dos hojas; Fleur giró sobre si misma y le clavó ambos tacos estilete en los hombros; luego rotaron ambos y la cabeza del karmigero se incrustó en la terraza. Este se hundió velozmente a traves del suelo, estrellando a Fleur contra el piso. Ella se volteó a tiempo para evitar una onda de corte que surgió del piso hacia arriba, seguida luego de Armand con un uppercut volador. Fleur lo atacó con ambas hojas nuevamente, y las giró en el aire esquivando las manos en guardia del karmigero y clavó cada hoja en un pie. Armand le atacó con múltiples puñetazos por todo el cuerpo; terminando en un uppercut del céfiro que la lanzó por los aires.
Fleur aterrizó a pocos metros del río, sobre el puerto. La gente se alejó rápidamente, pero sin mirar el cuerpo de la espadachina, que se puso de pie con elegancia y saltó lejos. Armand, usando una carga voladora en picada, se incrusto en el suelo a pocos centímetros, haciendo pedazos el muelle y deslizándose por el agua del río unos metros. Fleur agitó su espada arcoiris y llenó el rio de destructores destellos multicolores. Armand los esquivó con supina elegancia y se desplazó hasta su enemiga; con un solo dedo y un gesto de desdén golpeó la hoja colorida y esta se partió en astillas y voló por el aire. Fleur le propinó un mandoble descendente sobre el brazo izquierdo que casi lo corta en dos; Armand retrocedió y ejecutó una patada giratoria sobre el pecho de Fleur y la arrojó sobre un roble en el parque de los afectos perdidos.
Fleur aterrizó clavando sus tacos en la madera, y se escondió en el follaje. Armand disparó una ráfaga de bolas de energía azuladas que congelaron las hojas del árbol y las redujeron a astillas. Fleur ya no estaba allí. El karmigero atisbó el aire, buscando el rastro de karma y repentinamente sintió la hoja del estoque hundirse en su estomago; la tomó con la mano sana y y cabezeó el aire con fuerza; hubo un sonido metálico y Fleur se volvió visible, desarmada y retrocedió. Armand se quitó el estoque del estomago, lo arrojó al rio y atacó con un puñetazo helado; Fleur adelantó su mano enguantada, se arrojo al piso y piso el pecho de su antiguo amante, aprovechando su propia inercia para rodar ambos por el suelo. Armand se encontró boca arriba, con Fleur encima suyo, y un enorme estilete apoyado sobre el punto de su corazón que, según el antiguo sistema de acupuntura queuriana, controla todo el flujo del karma. En vez de asestar el golpe definitivo, Fleur le sonrió y lo besó con furia, mordiendole los labios. Armand se recuperó de la sorpresa y activó la velocidad de la oscuridad.
Moviéndose con la parsimonia que implica tener tu cuerpo acelerado a una velocidad relativista, tomó con delicadeza el estilete, que se partió por el impacto. Se levantó levemente, apoyando su pecho contra el peto de Fleur, que lentamente (para su percepción) salió disparada hacia arriba. Durante cinco minutos para su percepción, Armand reposó, curó la herida de su brazo, y luego lentamente se levantó. Fleur aun no había aterrizado. Armand voló sobre las aguas del río, encontró el estoque Ejecutrix que acaba de arrojar ahí, la levantó lentamente con su telekinesis de combate, y lo arrojó con toda su fuerza hacia el vació, en una curva adecuada para salir del planeta. Luego, vio que Fleur empezaba a aterrizar en la calle del Trianón, despedazando una carroza y sus ocupantes. Espero que las esquirlas se dispersen, se acercó caminando para ahorrar mana, desplegó su espada de karma, y la apoyó contra la garganta de la espadachina. Apago su velocidad de la oscuridad.
-Uau, eso fue bueno.
-Esta pelea ha terminado, Fleur. Rindete.
-Armand, amor, esa no es la forma de tratar una dama. Si eres tan fuerte y habilidoso, porque me amenazas a mi, un oponente caído y desarmado? - levanto las manos para evidenciar su estado desarmado.
-Tu acabas de hacerlo.
-No, te derribé en el proceso, y tu nunca estas desarmado. La velocidad de la oscuridad es una ventaja que no puedo igualar, y no hay nada que pueda hacer sin mis armas. Dejame que me levante.
Armand retrocedió. Sentía una furia creciente hacia ella, pero también una cierta desidia.
-Mi espalda me duele horrores. Suerte que tenia una armadura increíble, eso podría haber matado a cualquiera. De hecho, mira, mataste unos inocentes usando mi cuerpo como bala de mortero.
-No son reales.
-Lo se. Lo se. Dime, no te duele la cabeza?
Armand no respondió.
-Yo que tu, no usaría la velocidad de la oscuridad nuevamente.
Armand permaneció silencioso.
-Armand, cariñito, tenemos que hablar. Hay una cosa que te tengo que contar. Hace un tiempo, que yo y Tharloff... no, no, bromeo. Que cara que pusiste. En realidad fue con Enor. No, no, no eso. Dioses, como puedes creer que ese enano fisicoculturista... solo somos amigos. O aliados. Interesados en, digamos, tener recursos, métodos disuasivos contra gente como tu. Los magos, son fuertes, tu sabes, pero débiles fisicamente. Un buen asesino o un virote o un veneno. Punto. Pero ustedes, karmigeros... Son tan demasiado fuertes, y tan malos con las relaciones publicas. Basicamente desafían a todo el mundo para convertirse en blanco de su odio. Como quieres que no terminemos haciendo pogroms con sus familiares. Es natural.
Armand la miraba, aun en silencio. Fleur tomo un trago de poción curativa.
-En fin. Yo no estoy interesada en exterminarlos, de todas maneras. Son útiles. Eso se lo dejo a Enor. Yo, mas bien, queria guarnecerme. Aunque ustedes no lo crean, un guerrero bien entrenado, con un buen presupuesto en armamento mágico, es igual en peligrosidad en combate mano a mano con un karmigero. No, no te rias. Es en serio. Yo soy tu igual, Armand, puedo pelear contra ti de igual a igual y hasta matarte si tengo un poco de suerte. Bueno, a ti no, ya lo se, eres un singular inmortal, la la la. Pero te puedo derrotar. Solo tienes un arma contra la que no puedo ganar. No, no me refiero a eso. (risita). Hablo de tu querida, amada, adorada velocidad de la oscuridad. Enor descubrió que la Terminal tenia algunos usos alternativos interesantes, no se si lo experimentaste. Creo que el hecho de que hayas huido, tiene algo que ver, no?
Silencio.
-No importa. Te comieron la lengua los ratones, amor? No importa, era una figura retorica. Yo tuve que preparar algunas medidas extremas para evitar este problema. Encontré un enfoque interesante, una de las múltiples lineas de investigación que Enor desarrollaba. Sabias que tenia un asteroide secreto provisto por Starscream donde tenia cientos de sabios de todos los paises de Kraad desarrollado armas y métodos antikarmigeros? Uno de ellos, un somassin creo, diseño un veneno muy interesante. Es una neurotoxina, afecta los procesos cerebrales. Lo curioso es que es muy sutil, ustedes los karmigeros tienen maneras de percibir esas cosas, pero como no afecta nada nocivo hasta llegar al cerebro... Y según me aseguro el enano, es capaz de acabar incluso con la habilidad regenerativa de ustedes los ilustres Brankaster. Pero lo mas interesante es que la arremetida del veneno funciona especialmente rápido dado que es relativa a los procesos metabolicos de ustedes. Sabes que significa esto?
-No.
-Ehh, pense que te había hecho efecto y te había pegado por el lado del enmudecimiento. Significa, Armand, amor, que cuando usas la velocidad de la oscuridad, la velocidad de la luz o la velocidad de la sombrita de la playa, el veneno sigue activo, sigue afectandote. Para vos pasa una hora, para mi un milisegundo, y el veneno esta alli, comiendote la cabeza. No se a que me recuerda.
-Tu estoque estaba envenenado?
-No. Eso seria una solución eficiente. Pero no elegante. ¿Quieres saber donde esta el veneno?
-No estoy envenenado.
-Oh, lo estás, puedes apostar tu usado trasero xenoriano que lo estás. Enor me dio la formula del veneno, y sugirió un estoque envenenado, igual que tu. Nah, demasiado fácil. No, yo aposté a un método mas amplio. Pensé en un perfume. Pero el veneno no se asimilaba bien por los pulmones. Encontré que un sacerdote amigo y un pequeño pacto con un dios malvado, podián darme la habilidad de ser temporalmente cianuriana. Solo que en vez del exagerado, casi inmediato veneno cianuriano, tome este pequeño veneno sutil que me dio Enor.
-Cianuriana...
-Aha. Todos mis fluidos corporales son venenosos ahora. El sudor evaporado sirve como veneno, pero no es suficiente para una dosis respetable. Mi sangre en tu cuerpo es bastante mas eficiente. Los puñetazos sobre mi piel sudada hubieran sido deseables; lastima que usas esos ridiculos cuchillos de karma o las patadas; y que tenia que usar esta armadura para mantenerme viva. Deje mi cuello expuesto para ver si usabas una presa de extrangulación, pero usaste en vez el cuchillo de karma para degollarme. Igual, te salpique bastante sangre. ¿Y sabes cual de todos los fluidos corporales de un cianuriano es el mas toxico? La saliva.
La siguiente estocada de Fleur tomo por sorpresa a Armand, mas al ver que la hacia con un estoque idéntico al Executrix que acaba de lanzar fuera del planeta. Levanto la mano para parar el ataque. Fleur no redirigió el estoque; en vez atravesó el fuerte campo karmico protector, la palma, las falanges, el deltoide, el humero, las costillas y el pulmón.
Era un ataque perfecto y atravesó el punto del karma antes mencionado. Armand irradió por reflejo y Fleur salió disparada hacia atras, atravesando la pared de una taberna que acto seguido se derrumbó. El karmigero miraba su sangre y su karma escapandose a borbotones y cayó de rodillas, manoteando su cinturón buscando sus miyikos. Fleur se teleportó a su lado y con un gesto casual cortó con la punta del estoque la bolsita de las esferas karmicas, y las pateó lejos.
Armand entró en la velocidad de la oscuridad.
Fleur a su lado estaba subjetivamente paralizada. Toda su visión estaba apagada; lo normal cuando se usa la velocidad de la oscuridad dado que la luz no llega a los ojos a velocidad suficiente para formar imágenes. Por suerte, la percepción del karma no resulta afectada. Apenas le quedaba energía para un ultimo ataque, imparable a esta velocidad; ignoro las consecuencias y apuntó una carga mortal a un paso, contra Fleur. La velocidad de la oscuridad se apagó sola un instante antes de conectar pero la inercia de su puño era tal que era imparable. Su mano despedazó la armadura y penetró en la carne y no se detuvo hasta salir por el otro lado. Armand no retiro el brazo y la dejó agonizar a su lado colgando, sin mirar su rostro. Fue breve.
-Fue un buen bluff, Fleur. Casi me lo creo.
Tera se disolvió a su alrededor, como dándole la razón. En su lugar, una infinita planicie gris y chata. Busco la bolsa de los miyikos con la vista, ya que estaba totalmente exhausto de karma. Nada, quizás se había disuelto con el cambio de entorno. Una oleada de angustia lo inundó. Sin karma estaba totalmente indefenso para luchar contra el próximo enemigo. Había sido una victoria demasiado costosa.
Entonces sintió la primera, intensisima punzada en la nuca. El veneno era rápido, así que nunca llego a sentir la segunda.

domingo, febrero 06, 2011

XXXIII:Aequat omnis cinis

Garlond recupero la conciencia envuelto en una bruma de dolor. La cabeza le retumbaba horriblemente. Sentía sangre manar en su boca, y un gran dolor en las costillas. Su brazo izquierdo estaba anestesiado, y le ardía rabiosamente. Estaba boca abajo, y al abrir los ojos vio el empedrado.
Estaba oscuro, pero había algo de luz proveniente de un farol cercano. Intento levantarse. Sintió, por un lazo empatico que no podia ser cortado, la cercana presencia de Pietra.
-Pietra, estas bien?
Pietra balbuceó. No había aun despertado.
Garlond se maravillo de estar vivo. Lo ultimo que recordaba es haber usado una trampa contra Zeldon. Habia bajado todas sus defensas ectomorficas, el campo de existencia que separaba cada fantasma del mar de transconciencia que forma el plano etereo, la condensación de todas los despojos de las almas del plano material primario. Cuando Zeldon lo atacó en su forma eterea, se precipito sobre el, fusionándose brevemente en un par de almas en dispersión; y al hacerlo ambos perdieron el control de su forma eterea, y se precipitaron, en un remolino etéreo, al plano de los fantasmas.
-Amor, donde estamos
-No lo se. Deberíamos estar en el plano etéreo. Creo que estamos en una ciudad de algun tipo.
-¿Esto es Kraad?
Las casas cercanas eran de una arquitectura barata, un barrio bajo o residencial. Las casas eran de ladrillo, revocadas en gris.
-No. Estamos en el Erial Gris. -dijo una figura que se acercaba. Era un hombre alto, apuesto, de pelo rubio muy claro. Garlond tomo el pomo de su espada y se puso en guardia instintivamente porque la figura llevaba una espada. Pietra lo reconoció:
-¿Zeldon Naer?
-Si. Eso creo, madame.
Garlond sacudió la cabeza, incrédulo.
-¿El Erial Gris? Porque estamos vivos, tu y yo?
-No estamos vivos. Somos almas, en un plano exterior tenemos forma esencial, solida.
-Oh.
-Lord Naer, porque crees que esto es el erial gris? -pregunto Pietra- No se parece al Erial gris del que me han hablado.
-Ni yo. Pero lo siento en alguna parte de mi cuerpo.
-Es el Erial Gris. Pero luce como Sigil- admitió Garlond. - Yo también siento que no pertenezco aquí, siento el ímpetu de buscar mi propio camino a Arvandor. Es hacia allá - señalo unas callejas oscuras.
-No se supone que deberíamos sentir que el plano adsorbe todas nuestra felicidad y dicha y nos convierte en larvas demoniacas? - inquirió Pietra.
-No lo se, amor. Tampoco he estado aquí antes. ¿Zeldon?
-No. Los fantasmas rara vez cruzamos el mar del éter. La renuncia a los planos exteriores es irrevocable.
-Lord Naer, siempre quise preguntarle, porque cuando Metatron destruyó el Corazón de Hierro, porque siguió siendo un Fantasma? No debería haberse muerto definitivamente?
-No lo se, madame. Supongo que tanto tiempo luchando para evitar su tentación tuvieron su fruto. Los planos exteriores ya perdieron el interés para mi. Me resigne a ser un fantasma, apenas recuerdo haber sido un hombre como todos.
-No es tan difícil, amor. Aunque es difícil describirlo con palabras. Los idiomas de los vivos no han sido diseñados para expresar los sentimientos de los muertos.
-No digas eso, Garlond.
Caminaron un tiempo indefinido. Pietra empezó a sentir que el tiempo pasaba de una manera diferente. Sintió que habían caminado semanas en silencio, o quizás solo fueron unos minutos. Una incomoda sensación la empezó a invadir.
-Estoy empezando a sentir los efectos del plano, me parece.
-Si, también yo - admitió Zeldon.
-Busquemos refugio. Recuerdo haber leido que los efectos del plano se atenúan bajo techo, y ante la presencia de otras almas.
-Ese lugar parece adecuado.
El lugar era una taberna barata, como las que abundan en todas las ciudades de Kraad. Zeldon paso primero e inspeccionó. La taberna estaba repleta pero los parroquianos parecían tranquilos. Los tres viajeros pasaron. La incomodidad de Pietra cedió rápidamente y suspiro aliviada.
No había mesas desocupadas ni había asientos en la barra. Se quedaron en un rincón, esperando que se desocupe alguna. Garlond noto que un hombre encapuchado lo miraba, sentado solo en una mesa.
-Pietra, el hombre de la mesa contra la chimenea…
Pietra miro sin ver. Su percepción no podía ser engañada por ropajes o distancias.
-Es un drow. Flaco, no muy agraciado. Debe tener nuestra edad. Te esta mirando con mucho interés. Creo que te ha reconocido.
-Si. Yo a el tambien.
Garlond se adelanto, y camino hasta el drow. Sin apartar su mirada de sus ojos miel que relumbraban debajo de la capucha, tomo un taburete y se sentó a su lado.
-Hermano.
-Hermano. Han pasado muchos años, allá abajo y aquí arriba.
-Iluvatar nos ha reunido, por lo visto.
-Iluvatar no existe, hermano. Esta muerto. Vienen contigo esos viajeros? Llamalos, compartamos una comida.
Garlond llamo a sus compañeros con un gesto. Zeldon y Pietra se sentaron, reluctantes.
-El es mi hermano. Medio hermano. Su nombre es Menelgroth Valdarien. Sirve a la Diosa.
Pietra saludo con una inclinación de cabeza. Zeldon sonrió desafiante.
-El humano es Lord Zeldon Naer, de Xenoria. Es mas viejo que nosotros, pero lleva un par de siglos como fantasma.
Menelgroth lo miro con interés.
-Ella es mi esposa, Pietra del Silmarilion.
-Un placer conocer a mi cuñada. Eres un elfo afortunado, hermano.
-Asi es. No sabes cuanto.
-Veo lazos de empatia con ambos, sois compañeros de aventuras.
-No. Solo con Pietra- Garlond parecía avergonzado- Con Lord Naer eramos enemigos. O algo asi. En realidad nosotros fingíamos ser sus enemigos, y por su parte, el nos ataco controlado.
Zeldon frunció el seño.
-Los fantasmas somos vulnerables a ciertos sacerdotes…
Menelgroth gruño en aprovación y bebió un trago.
-Creo que el lazo de empatía se debe a que estuvimos peleando como fantasmas, ambos, y abrí mi defensas ectoplasmicas.
-Asunto peligroso. Se podrían haber fusionado.
-Solo en parte. Tengo… algunos de sus recuerdos en mi cabeza ahora. - admitió Garlond.
-Eso lo explica, Garlond. Me sentía extraño, esto lo explica todo…
-Le pido disculpas, Lord Naer, no tenia otro remedio. Usted iba a asesinarnos, tanto a mi como a Pietra, era la única manera.
-Has hecho bien, Garlond. Yo fui débil y fui dominado. No se repetirá.
-Que los trae al erial gris? No vinieron a quedarse, me parece.-Menelgroth escupió.
-No estoy seguro. Nos fusionamos parcialmente, e intente arrastralo al plano etéreo. y de pronto estuvimos aqui.
-Raro. Equivocaste la dirección?
-Que si cruzamos el plano astral y llegamos aquí, en vez del etéreo? Como podría eso ser posible?
-No lo se. Donde estaban cuando intentaste ese truco?
-Afuera de todo. En el sobreplano. Llegando a la rosa del destino.
Menelgroth lo miro con cara de desagrado
-Alli? Como llegaron?
-Teníamos una nave spelljammer, que se desplazaba por los planos, físicamente, tu sabes…
-Eso lo explica - Menelgroth se encogio de hombros. -Estabas afuera, querías entrar adentro, debes haber perdido el control en la mitad del camino y caíste aqui.
-Señor Menelgroth, puedo hacerle una pregunta?
-Las que desee, milady.
-¿Esto es el erial gris?¿Porque es una ciudad ahora?
-Ah. Bueno. Ya no se llama así. Es Hadeshtown, ahora. No es mas un erial. Es por la muerte del Destino.
-¿Que?
-Hermano, deberías saberlo. Los dioses están perdiendo su identidad, y eso es fatal para un dios. Sin un Destino, el principio del sentido de las historias se desvanece. Los dioses pierden toda teleologia y sus filosofías se vuelven una. En cuanto a los planos… bueno, nos estamos urbanizando. Sigil se expande. Los planos exteriores ahora son los barrios exteriores. Nos diversificamos. Tengo un slaadi de compañero y un tanar'ri en mi equipo.
-Eso es desagradable- admitió Zeldon, irónico.
-No tanto. Verán, llevo noventa y dos años en este negocio, pero apenas recuerdo como era antes… Debe ser esta porquería que bebo. No, en realidad es que los cambios son retroactivos.
-¿Retroactivos?
-Ustedes eran parte de esa expedición para reemplazar al Destino, verdad?
-Asi es- confesó Pietra.
-Aqui se corrieron muchos rumores. Baramir, un viejo conocido, me contó los detalles. No va a funcionar.
-Que no va a funcionar?
-Reemplazar al destino. O sea… -chasqueo la lengua- no lo van a lograr. El viejo se suicido, y se aseguro que nadie lo reemplace. O sea, el hecho de que te mueras no quiere decir que lo que has definido no quede en vigencia, si eres un Eterno.
-El Destino creo alguna regla para impedir ser reemplazado?
-Bueno. Aqui se dice eso. Por eso fallo la expedición de los Diez, hace sesenta años. Veras, aquí dicen que aunque el destino murió, de alguna manera las cosas que puso en marcha siguen en pie. Determinismo residual… pero se va disolviendo de a poco. Por eso el universo no se colapso ante su muerte. Al principio todo iba mas o menos igual, pero no podemos recordarlo, porque los cambios en algo tan importante como eso, son retroactivos.
-O sea, el universo no solo se esta muriendo, sino que cuando termine de morir nunca habrá estado vivo. - aporto Pietra.
-Aqui en los planos estamos experimentando eso, el pasado se reescribe continuamente, solo que no lo percibimos totalmente. Es como una sensación de despertarse cada dia en un mundo alternativo ligeramente diferente, pero tras haber soñado con el anterior. Bueno, la mayor parte de los extraplanares no duermen, pero yo conservo el habito.
-Hermano, dices que todos los cambios son retroactivos? Entonces, si alguno de nuestros amigos logran entronizarse.
-Kaboon. Este universo desaparece.
-Ah - Garlond palideció. - Y vamos a morir todos.
-No, claro que no. Puede que simplemente nunca hayamos existido. Mucho mejor.
-No soy un mago, no entiendo como puede pasar eso - Admitio Naer, molesto.
-Ah. Que es existir, Zeldon? No se puede definir. O existes o no existes. -
-Quien sabe, Xenoriano. Quizás este multiverso siga existiendo y el nuevo multiverso sea paralelo. En cualquier caso estamos fregados.
O el mundo se muere por decadencia multiversal.
-O uno de nuestros amigos se entroniza como un destino y destruye el multiverso y lo reemplaza por uno nuevo.
-O quizás nos quedamos en este mundo, sin saber nunca que paso.
-Bueno, eso no me parece tan malo - admitió Naer. -Dígame, Arcadia también esta urbanizada.
-Oh, por zonas. Las montañas me dijeron que aun son bastante agrestes.
-Creo que voy a partir para alli. Me parece que ha llegado la hora del descanso. Como debo seguir el camino?
-Hay un puerto allá fuera, a un par de bloques hacia el río. Tomate un ferry por el estigia, te dejara en Acheron.
-Nosotros… queremos volver a Kraad. Tenemos que reportarnos ante nuestro señor y darle las noticias.
-Estas muerto, hermano.
-Oh, no. Es decir, si, pero tengo facilidad para eso.
-Como quieras. Sigue hasta el túnel, encontraras algún portal por allí. Tomen estos salvoconductos. No van a tener problemas con el apunamiento gris, ni con los yugoloth. Son un poco impredecibles, saben.
-Gracias hermano. Espero que nos encontremos nuevamente.
-Si, tendríamos que reunirnos nuevamente.
Los tres se levantaron rumbo a la puerta.
-Hermano, Lord Naer, lady pietra.
Garlond se volteo a ver a su hermano.
-Gracias por haberlo intentado. Mejor suerte la próxima.
-Si es que la hay, Menelgroth. Si es que la hay.