A pesar de su enorme tamaño, el Gomerngast es solo habitable en una parte minuscula. Y la mayor parte de ella son pasillos enorme que llevan a las cuatro areas habitables. La que hacia de enfermeria era una de las mas confortables, por lo que Casandra habia elegido permanecer alli. De todas maneras se sentia sola. Hubiera sido bueno que Landon la hubiera dejado traer a Magetrain, que estaba muy malherido, pero otra alma hubiera sido demasiada carga para la nave. Y realmente magetrain era una amenaza, aun malherido si recuperaba la conciencia podia haber volado la nave entera.
Casandra era una excelente telepata, asi que de alguna manera habia hecho de enlace mental entre las mentes de los diez tripulantes. Cuando sintio sutiles presencias un poco antes de despegar, las atribuyo a sus nervios. La oleada de inercia moral fue demasiado; tuvo que cortar el vinculo antes de que las alucinaciones compartidas de diez tripulantes la enloquecieran.
Cuando la nave se detuvo (realmente lo hizo, se pregunto?) su primera acción fue comunicarse con Landon.
"Landon? Estás?"
"Aqui. Tenemos un polizon. Mas de uno, como una docena."
"Estas seguro"
"Totalmente."
"Con que intensiones?"
"Ni idea."
"Casandra? Ves a alguien"
"No"
"Armand? karma"
"Cero. Estan muy ocultos. Tharl?"
"Tampoco."
"Yo siento algo. Es Joshep"
"Joshep? Seguro?"
"Joshep?"
"Totalmente. Y un dragón"
"Espero que estes en lo cierto, viejo."
"Yo lo siento. Es Charizar"
"Charizar? Grana, tiene cuentas pendientes contigo"
"Aha"
"Es verdad. Hay un kensai a bordo"
"Hitamo! Pirothesh! No puedo contactarla"
"Caballeros, tenemos un traidor"
"Casandra. Corta el vinculo."
(dolor)
"Grana? Estas bien?"
"Casandra! Corta el vinculo ahora!"
Casandra cortó el vinculo. Algo habia dañado a Grana. Luego, la vibración de una gran explosión la sobresaltó.
Casandra recogio con telekinesis su maletín de curación, hizo volar la escotilla y salio corriendo por el pasillo. Armand habia dicho que corte el vinculo, pero habia dejado un par de sondas flotando; si alguien necesitaba su ayuda, ella lo sentiría. Era empatico, no podria rastrearse. Ademas, si realmente Fleur los habia traicionado, los polizontes sabriando donde estaban todos en la nave.
"Fleur nos traicionó? ¿Con que enemigo? Por eso su mente estaba tan esquiva. Creia que eran celos por lo de Armand. Dioses, que perra. Es mi culpa, arruiné todo. Me tendría que haber dado cuenta. Nos traiciono por nuestro affair. ¿Acaso nunca nos va a perdonar?"
Llegó hasta un bifurcación en el pasillo. Uno de los extremos terminaba en la sala de las calderas, donde estaba Grana peleando con Charizar. No podia hacer mucho. El otro llevaba a donde estaba el pasillo principal. Corrio en esa dirección.
"Perdon, amor, pero necesito saber a que nos enfrentamos."
Casandra volvió a abrir el vinculo, dirigiendolo solo a Landon.
"Landon?"
"Armand dijo que cortes el vinculo, mierda"
"Solo una persona por vez. ¿Estas bien?"
"Alguien esta abriendo mi escotilla. Estoy preparado. Mira a los otros"
"Ok"
Corto el vinculo con Landon. No se atrevia a conectarse con Armand o Tharl, la velocidad de la oscuridad hacia la mente de los karmigeros tan increiblemente rapida que el aluvion de pensamiento la desmayaría. Zeldon, como buen muerto viviente, era inalcanzable. Grana entraria seguramente en trance de pelea, y podria canalizar dolor.
"Hitamo?"
"Mal momento, Casandra. Estamos bailando con mi oponente"
"Quien?"
"Un tal Raukion, viejo amigo de Enor."
"Nos reagrupamos?"
"Es uno a uno, amiga. Mantente alerta, seguramente uno vaya por ti. Si no es asi, dale una mano al centauro, Joshep viene por la revancha"
"Alla voy"
Casandra corrio hasta que sus pulmones le ardieron, y el bazo le dio una punzada. Con sus cuatrocientos ochenta años, su cuerpo empezaba a envejecer definitivamente. No queria usar su TK para propulsarse salvo que sea a atacada, pero pronto no quedaria opción. Junto sus ultimas fuerzas y abrio la escotilla de la sala de reuniones.
La escena era desastrosa. La mesa, conservada desde hace años en la Cueva, estaba partida en seis pedazos. Viejas reliquias de la guerra de Brixton y la batalla contra Metatrón estaban diseminadas por el piso. Joshep, enorme, con su cara morena de loco y sus cabellos dispersos, estaba parado sobre los restos de un sofá. Rusplikinty, por su parte esta protegiendose con un Escudo de karma. El abdomen le sangraba.
-¿Dedos nuevos?
-Recien salidos del infierno, viejo amigo.
-Rusp! - Grito Casandra.
-Esta es mi pelea, amiga. Joshep tiene cuentas pendientes conmigo.
-Hubiera preferido empezar por el gordo, pero el petiso ya contrató alguien para que se ocupe. Una lastima.
Casandra intento usar su telekinesis para retener el Joshep. Normalmente hubiera funcionado, pero Joshep estaba enfurecido.
-!Puta e' mierda! - Su brazo se envolvió en humo dorado. Una lluvia de cristales acidos la bañó y una lanza de hierro dorado se clavó en la rodilla de la arkane.
Rusp se interpuso y bloqueo la mayoria del acido con su cuerpo. Casandra miro la herida; fractura expuesta, y el metal dorado se extendía por sus vias sanguineas. Otra médica o curadora hubiera sido incapaz de curar una infección de mercurio infernal, pero Casandra era médica desde hacia cuatro siglos y veinte mundos.
Con todo, requirío buena parte de sus fuerzas. Mientras, Rusp se trababa en un combate cerrado cuerpo a cuerpo con Joshep. Tratando de no pensar en el dolor, Casandra atendió a el combate. No estaban usando las técnicas más pesadas, solo puros golpes de pies y manos, cascos en el caso de Rusp. Ambos encontraban un placer salvaje en ello.
-Estas viejo, centauro. Atkanae se revolcaría en su tumba si te viera. ¿Por eso la dejaste morir en el limbo, hace ochenta años?
-Tu tampoco estas mejor.
-Ya te derrote hace poco, y voy a volver a hacerlo.
Joshep se transpuso y su mano entró por la espalda del centauro, atravezó su pulmón y se aferró de una de sus costillas; tironeó y la arrancó completa; y luego la usó como daga contra su esternón. Rusp paró el golpe y se aferró de los genitales del demonio. Le sorprendío no hallarlos, pero el impacto fue terrible de todas maneras y distrajo al karmigero.
Esa herida le dejaba a Rusp treinta segundos de vida, diagnosticó Casandra, antes de que la sangre inunde los pulmones y muera asfixiado. Pero estaba demasiado lejos para intervenir.
Rusp explotó en llamas; todo su cabello, incluyendo la larga crin que salia de su nuca hasta su cintura y se unía a su pelaje equino, se volvió dorado blanco y su longitud se triplicó. Sus cejas desaparecieron; sus músculos se volvieron duros y triangulares, inundandos con un resplandor dorado.
En cambio, Joshep mutó horriblemente. Espinas de metal dorado surgieron de todos su cuerpo, incluso de sus orejas y ojos. Su boca desapareció, fundida en una placa de hueso erizado. Sus antebrazos se extendieron en dos enormes sierras dentadas de hueso y oro. Sus rodillas se invirtieron, sus costillas se erizaron hacia afuera y sus pies se volvieron pezuñas.
Megakarmigeros.
En el siguiente choque no se guardaron nada. Casanda salió despedida solo por la presión de luz, y levantó su escudo TK justo antes de la onda de choque gruesa, que deshizo el piso a sus pies.
Cuando el resplandor pasó, vio que Joshep estaba montado sobre la espalda de Rusp. Le faltaba el brazo derecho, pero con el izquierdo extrangulaba al centauro. Este, a su vez aferraba el corazón del demonio con su mano izquierdo, tratando de atravezar la dura piel cornea, pero era demasiado dura. A Rusp le faltaban los ojos, arancados por las garras de Joshep.
-Disfrutá, viejo, como disfrutó tu nieta cuando la violé, antes de matarla- le susurró al oido.
Rusp aulló. Su mano izquierda estalló contra el pecho de Rusp; y este aflojó su presa.
-Ssshhhhhhhhhhh- siseó el centauro.
Casandra tambien estaba iracunda. Bloqueo con la telekinesis el contrataque de Joshep. No hizo falta más. El siguiente puñetazo de derecha -la izquierda estaba inutilizada- hizo que Joshep saliera disparado por los restos del pecio, al vacio. Rusp lo siguió, ciego de ira y visión, pero capaz de ver con el karma.
Casandra se protegio del frio del vacio, y siguio el hueco que habian dejado, cojeando. La ultima llave TK la habia dejado muy cansada. Estaban peleando en la superficie de la nave. A los dos le quedaban pocas fuerzas.
Rusp dio un mandoble final con un disco cortador, y Joshep quedó separado en dos mitades por la cintura. Antes de hacer nada, lanzó un rayo de energía contra la mitad superior, pero la vendetta siguiente lo deshizo y lo arrojó contra uno de los mastiles de la nave.
Casandra flotó hasta su amigo. El rayo habia quebrado su última resistencia, y sus piernas estaban desarticuladas. Le salian litros de sangre por las heridas, flotando en el vacio ingravido en forma de burbujas diminutas. No podia hablar, la mandibula estaba quebrada.
"Cas, rematalo"
"Rusp, yo... soy una curadora, vegetariana, no "
"Cas."
Sin pensamientos, la miró con las cuencas vacias.
"Deja que te cure primero"
"La tecnica Fenix. Ya no puedes curarme"
"No, no puedes haberla usado"
"Cas. Hazlo"
Cas contuvo el ataque de histeria y se levantó. Flotó hacia Joshep. Sus piernas estaban casi completamente regeneradas, pero seguía inconsiente.
Penso en formar un cuchillo TK, pero era demasiado duro. La TP era demasiado peligrosa en una mente asi.
Simplemente, colocó su mano sobre el corazón. Cerró los ojos y vío la chispa que representaba el alma de Joshep flotando en las tiniebras. Apenas una luciernaga que apenas brillaba, con luz multicolor, pero aun desafiante y amenazante.
Abrió los ojos, alargó la mano y la tomó con sus dedos. Y la aplastó.
---
"Arm"
"!Te DIJE QUE CORTARAS EL VINCULO!"
"Es Rusp. Falleció."
"Mierda. Estoy alli en un minuto. Dile a Tharl que me de una mano."
"Uff. Adios, querido amigo. Ya te ayudo, Armand"
"ENOR DUFOUR! Maldito PERRO! Vas a SUFRIR por esto!"
domingo, enero 21, 2007
viernes, enero 19, 2007
Capitulo XX: Aquila non capit musca 10:39 p. m.
La mujer saltó rapidamente, intentando patear en las costillas y aprovechar para rozar su hombro descubierto, pero el karmigero era demasiado rapido y simplemente esquivo la patada.
Mientras esquivaba los ataques de la asesina sin demasiados problemas, Tharloff meditaba internamente. El ataque era inesperado, pero la mujer no era un adversario.
"Veamos que puedo hacer. No me puedo teleportar. No debe ser casualidad. O unos enemigos misteriosos estan bloqueando la teleportación, o quizas tiene que ver con donde estamos. En cualquier caso no es casualidad, nos atacan porque saben que no podemos replegarnos. ¿Quien es esta mujer? Me suena familiar. Es cidaxiana, pero tiene el cabello rubio... Es muy agil, ataca sin armas, pero como una asesina, no como un karmigero. No tiene ni una onza de karma. Parece ser semielfa. Si pudiera ver sus ojos detras de esas gafas... bueno, supongo que se lo tiene merecido"
La mujer piso una de las paredes y concreto una terrible patada giratoria que Tharloff paro con su antebrazo. Hubo un crujido, los huesos de la pierna de mujer estrellandose contra el antebrazo duro como piedra. SIn equilibrio, cayo al piso sobre su mano. Tharloff descargo un puñetazo velocisimo sobre ella, pero sin contactar: el aire de su puño desarmo sus lentes y la arrojo contra el pasillo.
"¿Ojos verdes?"
-No quiero matarte, mujer. No tienes oportunidad contra mi, por mas entrenamiento que te haya dado el gremio. ¿Fue el gremio, verdad?
La mujer no contestó y continuó atacando. Tharloff paro dos ataques, se cansó y le aferro ambas manos, con cuidado de no quebrarla.
-Basta, mujer. Has fracasado, no me obligues a ...
La mujer cabezeó, tratando de zafarse, pero fue peor para ella, ya que el craneo de Tharloff era tan duro como el acero. Dolorida, con un chorro de sangre cayendo por la mejilla, trató de escupir al barbaro.
Era demasiado. Tharloff la arrojo contra la pared bruscamente. De sus manos surgieron dos circulos de energia karmica. Un rapido gesto y parte de las tuberias del Gomengast se derribaron sobre la mujer.
Solo que ella no estaba alli.
Otro gesto de fastidio, y Tharloff descargó un puñetazo en la oscuridad a su espalda, confiado que la mujer se habia teleportado ahi. Efectivamente, estaba alli: una explosión de sangre que parecio casi dejarla noqueada, tirada en el piso y por primera vez quieta.
"Ella si puede teleportarse. Esto esta poniendose claro"
Tharloff atravezo el suelo y encontro un fuerte cable metalico, y lo corto. Se acerco a la mujer noqueada, que tenia la nariz aplastada por el último puñetazo. No se resistió a ser atada, lo que sorprendió un poco a Tharloff.
-¿Porque me dejas viva?-Dijo la mujer por primera vez
-Porque soy un imbecil que cree en esas cosas. ¿Quienes son, y porque nos atacan? ¿Es algo contra mi o contra toda la expedición?
-No queremos lo que pase lo que tratan de lograr.
-¿Y que crees que tratamos de hacer?
-Rehacer la historia, desde el principio.- La mirada de esos ojos verdes era furiosa. "Tiwur, realmente esta mujer me odia. Cree que hace lo correcto"
-No vamos a hacer mas que corregir un problema. Sin un Destino, el multiverso comenzará a morir, eso es todo. No pasará nada mas.
La mujer lo miro en silencio.
-¿Que? En serio. Bueno, en realidad no se que va a pasar. Pero si fuera tan grave, Landon nos hubiera dicho...
-...salvo que el mismo no lo supiera.
-¿Y tu si?
-No estoy sola aqui.- Miro hacia los techos. Efectivamente, Tharloff habia sentido unas cuantas explosiones y vibraciones distantes, como si otras batallas estuvieran desarrollandose a lo largo de la enorme nave. "Un ataque sorpresivo, con todos separados, sin capacidad para reagruparnos. Pero si todos son como esta mujer, no habra problemas."
-Mujer, quienes son tus amigos?
Nuevamente, no hubo respuesta.
-Sean quienes sean, salvo que sean los nueve dioses, o cinco morgests, no serán rivales para nosotros- fanfarroneó Tharloff. -Habla ahora, ahorrarás tiempo.
-Somos quienes debemos ser. Tus verdugos, karmigero.
Un chasquito, el cable cayo al suelo, y la mujer se arrojo contra el. Durante el primer instante lo sorprendio, pero no era suficiente.
Tharloff habia dominado la velocidad de la Luz mucho tiempo antes, y la velocidad de la Oscuridad no mucho despues. Habia encontrado la tecnica secreta que Iot diseño para los monjes guerreros noldor dieciseis millones de años atras, enseñada solo por un maestro a su discipulo. Komantor el grande se la habia enseñado a Charles Beaubille, alias Manwe; Manwe se la habia enseñado a Armand Brankaster, y este se la habia enseñado a Tharloff. El circulo se habia cerrado tiempo atras, la tecnica que habia buscado toda su vida era uno consigo.
Para la Velocidad de la Oscuridad, el salto de la mujer era de una lentitud insoportable.
La aceleración que provocaba la Velocidad de la Oscuridad incrementa la energia cinetica de los ataques de un karmigero de tal manera que un simple roce mataba. Y sin embargo, Tharloff no queria matarla. Era evidente que la mujer solo compraba tiempo para sus amigos, al precio de arriesgar completamente su vida.
Contuvo su contrataque instintivo, y dejo que el impacto de la mujer los arroje a los dos al piso. Su veneno casi no le hacia efecto, tal era su control sobre su organismo. La tomo de las muñecas, y la hizo girar, dejando de rodillas contra el piso.
-Basta.
Sintio que algo rasguñaba sus muñecas e instintivamente la solto. Garras sangrantes, de hueso envenenado, salian de la punta de sus dedos. "Esta mujer es otro de esos experimentos del gremio, antes de que el triunvirato los hiciera jabón"
La mujer sonrio y retrocedio triunfante, lista para rasguñar a Tharloff si este se acercaba. Era una sonrisa fiera, que le hizo acordar a Tharloff algunas mujeres que lo habia acompañado en su larga vida. Los karmigeros de alto nivel son muy longevos, pero Tharloff se sentia como un anciano. "Cada vez queda menos por lo que vivir. En otros tiempos la habria seducido, o la habria matado, o la habria atrapado de tal manera que no se pueda escapar. O la habria convencido de que nosotros somos los buenos. Ahora que tengo todo el poder que alguna vez quise, ya no tengo ganas de usarlo. Que mierda, hagamos algo."
-Esta bien, me rindo. Haremos lo que quieras.
Fueron las ultimas palabras que SFX escuchó. Su cuerpo se partio en dos casi silenciosamente, bañando en sangre la pierna izquierda del sorprendido Tharloff. Su cabeza estaba destrozada hasta la mandibula, y en su viaje le rozó la rodilla. Las piernas quedaron paradas casi un segundo, y luego cayeron hacia adelante.
-Deja de jugar, Tharloff. Estamos en problemas.
-¿Problemas? Ella...
Armand desapareció, moviendose a la velocidad de la Oscuridad. Tharloff sintió un campo gravitatorio enorme y un resplandor negro, arrasando la pieza en dos. Luego, en el hueco que quedo, vio las estrellas distantes del plano astral.
"Mierda. Enor."
Mientras esquivaba los ataques de la asesina sin demasiados problemas, Tharloff meditaba internamente. El ataque era inesperado, pero la mujer no era un adversario.
"Veamos que puedo hacer. No me puedo teleportar. No debe ser casualidad. O unos enemigos misteriosos estan bloqueando la teleportación, o quizas tiene que ver con donde estamos. En cualquier caso no es casualidad, nos atacan porque saben que no podemos replegarnos. ¿Quien es esta mujer? Me suena familiar. Es cidaxiana, pero tiene el cabello rubio... Es muy agil, ataca sin armas, pero como una asesina, no como un karmigero. No tiene ni una onza de karma. Parece ser semielfa. Si pudiera ver sus ojos detras de esas gafas... bueno, supongo que se lo tiene merecido"
La mujer piso una de las paredes y concreto una terrible patada giratoria que Tharloff paro con su antebrazo. Hubo un crujido, los huesos de la pierna de mujer estrellandose contra el antebrazo duro como piedra. SIn equilibrio, cayo al piso sobre su mano. Tharloff descargo un puñetazo velocisimo sobre ella, pero sin contactar: el aire de su puño desarmo sus lentes y la arrojo contra el pasillo.
"¿Ojos verdes?"
-No quiero matarte, mujer. No tienes oportunidad contra mi, por mas entrenamiento que te haya dado el gremio. ¿Fue el gremio, verdad?
La mujer no contestó y continuó atacando. Tharloff paro dos ataques, se cansó y le aferro ambas manos, con cuidado de no quebrarla.
-Basta, mujer. Has fracasado, no me obligues a ...
La mujer cabezeó, tratando de zafarse, pero fue peor para ella, ya que el craneo de Tharloff era tan duro como el acero. Dolorida, con un chorro de sangre cayendo por la mejilla, trató de escupir al barbaro.
Era demasiado. Tharloff la arrojo contra la pared bruscamente. De sus manos surgieron dos circulos de energia karmica. Un rapido gesto y parte de las tuberias del Gomengast se derribaron sobre la mujer.
Solo que ella no estaba alli.
Otro gesto de fastidio, y Tharloff descargó un puñetazo en la oscuridad a su espalda, confiado que la mujer se habia teleportado ahi. Efectivamente, estaba alli: una explosión de sangre que parecio casi dejarla noqueada, tirada en el piso y por primera vez quieta.
"Ella si puede teleportarse. Esto esta poniendose claro"
Tharloff atravezo el suelo y encontro un fuerte cable metalico, y lo corto. Se acerco a la mujer noqueada, que tenia la nariz aplastada por el último puñetazo. No se resistió a ser atada, lo que sorprendió un poco a Tharloff.
-¿Porque me dejas viva?-Dijo la mujer por primera vez
-Porque soy un imbecil que cree en esas cosas. ¿Quienes son, y porque nos atacan? ¿Es algo contra mi o contra toda la expedición?
-No queremos lo que pase lo que tratan de lograr.
-¿Y que crees que tratamos de hacer?
-Rehacer la historia, desde el principio.- La mirada de esos ojos verdes era furiosa. "Tiwur, realmente esta mujer me odia. Cree que hace lo correcto"
-No vamos a hacer mas que corregir un problema. Sin un Destino, el multiverso comenzará a morir, eso es todo. No pasará nada mas.
La mujer lo miro en silencio.
-¿Que? En serio. Bueno, en realidad no se que va a pasar. Pero si fuera tan grave, Landon nos hubiera dicho...
-...salvo que el mismo no lo supiera.
-¿Y tu si?
-No estoy sola aqui.- Miro hacia los techos. Efectivamente, Tharloff habia sentido unas cuantas explosiones y vibraciones distantes, como si otras batallas estuvieran desarrollandose a lo largo de la enorme nave. "Un ataque sorpresivo, con todos separados, sin capacidad para reagruparnos. Pero si todos son como esta mujer, no habra problemas."
-Mujer, quienes son tus amigos?
Nuevamente, no hubo respuesta.
-Sean quienes sean, salvo que sean los nueve dioses, o cinco morgests, no serán rivales para nosotros- fanfarroneó Tharloff. -Habla ahora, ahorrarás tiempo.
-Somos quienes debemos ser. Tus verdugos, karmigero.
Un chasquito, el cable cayo al suelo, y la mujer se arrojo contra el. Durante el primer instante lo sorprendio, pero no era suficiente.
Tharloff habia dominado la velocidad de la Luz mucho tiempo antes, y la velocidad de la Oscuridad no mucho despues. Habia encontrado la tecnica secreta que Iot diseño para los monjes guerreros noldor dieciseis millones de años atras, enseñada solo por un maestro a su discipulo. Komantor el grande se la habia enseñado a Charles Beaubille, alias Manwe; Manwe se la habia enseñado a Armand Brankaster, y este se la habia enseñado a Tharloff. El circulo se habia cerrado tiempo atras, la tecnica que habia buscado toda su vida era uno consigo.
Para la Velocidad de la Oscuridad, el salto de la mujer era de una lentitud insoportable.
La aceleración que provocaba la Velocidad de la Oscuridad incrementa la energia cinetica de los ataques de un karmigero de tal manera que un simple roce mataba. Y sin embargo, Tharloff no queria matarla. Era evidente que la mujer solo compraba tiempo para sus amigos, al precio de arriesgar completamente su vida.
Contuvo su contrataque instintivo, y dejo que el impacto de la mujer los arroje a los dos al piso. Su veneno casi no le hacia efecto, tal era su control sobre su organismo. La tomo de las muñecas, y la hizo girar, dejando de rodillas contra el piso.
-Basta.
Sintio que algo rasguñaba sus muñecas e instintivamente la solto. Garras sangrantes, de hueso envenenado, salian de la punta de sus dedos. "Esta mujer es otro de esos experimentos del gremio, antes de que el triunvirato los hiciera jabón"
La mujer sonrio y retrocedio triunfante, lista para rasguñar a Tharloff si este se acercaba. Era una sonrisa fiera, que le hizo acordar a Tharloff algunas mujeres que lo habia acompañado en su larga vida. Los karmigeros de alto nivel son muy longevos, pero Tharloff se sentia como un anciano. "Cada vez queda menos por lo que vivir. En otros tiempos la habria seducido, o la habria matado, o la habria atrapado de tal manera que no se pueda escapar. O la habria convencido de que nosotros somos los buenos. Ahora que tengo todo el poder que alguna vez quise, ya no tengo ganas de usarlo. Que mierda, hagamos algo."
-Esta bien, me rindo. Haremos lo que quieras.
Fueron las ultimas palabras que SFX escuchó. Su cuerpo se partio en dos casi silenciosamente, bañando en sangre la pierna izquierda del sorprendido Tharloff. Su cabeza estaba destrozada hasta la mandibula, y en su viaje le rozó la rodilla. Las piernas quedaron paradas casi un segundo, y luego cayeron hacia adelante.
-Deja de jugar, Tharloff. Estamos en problemas.
-¿Problemas? Ella...
Armand desapareció, moviendose a la velocidad de la Oscuridad. Tharloff sintió un campo gravitatorio enorme y un resplandor negro, arrasando la pieza en dos. Luego, en el hueco que quedo, vio las estrellas distantes del plano astral.
"Mierda. Enor."
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Cuentos de Kraad
martes, enero 09, 2007
Capitulo XIX: Morituri te salutant 1:35 a. m.
Garlond abrio la última escotilla. Sobre los mandos, lo esperaba Landon. Sus pistolas estaban apuntado a su pecho y a su cara, respectivamente.
Hitamo miró a su adversario, Raukion, desafiante. Ambos habian superado ya el mareo de las dimensiones. De hecho, Hitamo habia sentido su presencia desde el principio.
"Nuevamente, una batalla." gruñó Hitamo.
Hitamo analizó a su oponente. Conocía su reputación, despues de todo; antiguo compañero de Enor, en su epoca de "amistad" este le habia contado algunas de sus viejas aventuras en Queur. Si lo que el enano habia dicho era verdad, Raukion era un maestro de la escuela de esgrima de sauuki shima, un antiguo arte que hacía énfasis en precisión, defensa y elegancia. Su postura era clara al respecto, una variante de waki gamae dejando la espada desenvainada al costado, mostrando solo el tsuba. La espada de Raukion solo podía ser una odachi elongada, practicamente recta, de más de 3 shaku; la tsuka misma era más élfica que nihonhesa, una espada ideal para el sauuki shima.
Raukión, por su parte, repasó con la mirada a su enemigo. Su espada era una katana koto, teoricamente la legendaria Masamune; Joshep le había advertido que poseia una sombra, una katana invisible de nombre Muramasa. Su kantei nunca le había fallado, pero ahora al mirar ese simple tsuka-toi de cintas rojas, dudaba. ¿Esa era la espada legendaria de Sepher Sephiroth, de Edge Geraldine, de Garamond, de Zidane, de Gush Gilgamesh el inmortal, forjada por Goro Karyu el Melchior, en los fuegos del volcan de Hokkaido?
-Se lo que buscas, Valdarien.
-Y yo tambien se lo que ustedes intentan, Donovan.
Marak sonrió. El fantasma de Zeldon Naer se debatía impotente. Su habilidad para dominarlo era superior. Su ojos dorados relampagueaban de goce. Una gota de sangre dorada fluyo candente como oro fundido del corte de su mejilla, y manchó su chilaba de seda fina.
Otros sacerdotes espantaban a los fantasmas. Marak solo se contentaba con controlarlos.
-Tenemos que detener esto ahora, antes de que comienze la batalla del todo.
-Es demasiado tarde. Los tuyos y los mios ya se encuentran frente a frente.
La batalla todavía no habia comenzado, pero Tharloff sintió la adrenalina invadiendolo. La joven no parecia una amenaza, en ningún caso, pero detras de sus gafas rojas podia esperarse cualquier cosa. Notó que el punto donde los dedos de la mujer habian tocado su hombro se habian puesto colorados. ¿Veneno? ¿Acaso una cidaxiana?
Sonrió. Esta vez me han subestimado, pensó.
-¿Sabes que deberia dispararte?
-Pero no vas a hacerlo.
Silthe mordió la mejilla con fuerza; 'Megalreanna'.
-Algo nos está manipulando. Hitamo, Armand, Enor... 10 contra 10. ¿como la última vez? Demasiadas coincidencias.
-Quizas realmente él mismo esté buscando su reemplazo.
-Quizas.
-¿Por que estas con ellos?
-Porque me lo ordenaron.
Landon escupio.
El centro del multiuniverso no es un unico lugar, porque el multiverso se extiende infinitamente. Es una región, fija en las coordenadas morales pero que se entiende infinitamente las coordenadas espaciales, temporales y esenciales.
En cada plano, el centro del multiverso intersecta un punto en particular que con el correr de los años (permitase esa metafora incoherente) se convierte en un santuario. En el plano astral, el centro toma la forma de la Espiral de Plata, que guia las almas a los planos exteriores. En los planos elementales, toma la forma del Nexo Dorado, donde se unen todos los elementos. En los planos ireales, es el Metaphision Axximm. En el plano etereo, es la Gran Mancha Gris. En los planos exteriores, es Sigil, la ciudad eterna; que algunos llaman Cynosure y otros Ravnica. En los planos materiales es el Arbol Primordial Treant de Kraad, el Templo del Destino en Irintia, Greyhawk en Oerth, Waterdeep y Undermountain en Toril, Godshome en Krynn, Barovia, Oa, LankMark, Carcossa, Trantor, Eternia, Osgiliath, Fiddler's Green, Central Amestris, Varanasi, Tanelorn, Roke, Azim Balda, Ilum, el Monte Arreat, Tronjheim.
En estas alturas, el Centro del Multiverso es el ojo de un remolino, justo antes de la rosa de Plata. El Gommenmgast cae hacia el Centro.
-Porque era la unica manera de evitar que esto termine sucediendo, Donovan. Tengo que hablar contigo. Tu y yo tenemos que evitar que el multiverso colapse.
-¿Lo pensaste tu solito?
-No. Esas fueron desde el principio las ordenes de Lord Tressym.
-Asi que eres un traidor, pajarito. En lindos problemas nos metiste.
Los planes de Fleur siempre fueron confusos, pero ahora las cosas estaban claras. Nueve contra nueve. Mientras tanto, los controles secundarios de Gommergast estaban a su disposición. Landon habia rebelado la información a regañadientes, pero una pequeño yate de escape podría ser energizada externamente, a costa de dejar permanentemente varado al Gommengast.
Era cosa de suerte. Justo lo que ella necesitaba.
Mientras el Enano se daba de estocadas con sus enemigos, ella escapaba hacia El Jardin. Una vez allí, solo tenia que eliminar a ese viejo guardían. Simple y eficiente.
De pronto, su instinto le aviso que alguien estaba alli. Siguio manejando los controles exactamene de la misma manera, pero con un sutilisimo movimiento de cadera, aparentemente casual, dejo libre el pomo de Executrix.
El siguiente movimiento fue casi invisible. Habia esquivado la estocada, pero quedo atrapada contra el portillo del yate. El desemvainado sable de su oponente le inundaba de luz reflejada los labios.
-¿No te enseñaron en tu escuela de Heraldos que no es de buena educación atacar por la espalda, Pietra?
-Los Vanyar nunca permitimos que nuestra educación y modales sean un obstaculo para nuestros propositos, su majestad.
-En cambio, nosotros los kalanites nunca dejamos que nuestros propositos sean un obstaculo para nuestros propositos, querida.
-No puedo menos que estar de acuerdo con tan ingeniosas palabras, majestad. Empero, considero que el tiempo en las lenguas se batan ha pasado ya. Es la hora en que las hojas chispean.
-No eres rival para mi, Pietra. No eres una espadachina, solo eres una institutriz venida a menos. Apartate, vuelve a esconderte entre las alas de tu macho, si es que se le puede llamar asi.
-En guardia, Mademoiselle Noir.
Con el sable en la diestra y la siniestra en la cintura, de lado con la pierna derecha extendida, la mas clasica de las posturas de esgrima elfica, Pietra se enfrentó a su rival. La Triunvira escupió, pisó con la derecha el picaporte del portillo, saltó, desenfundó su estoque, golpeó con el pomo la punta del sable de pietra, cubrio con su mano derecha el rostro de Pietra, pisó con su taco aguja el hombro desprotegido de la elfa, y dejó que todo su peso la derribara. Luego, dio un paso al costado, pateó el sable hacia el vacio y envainó su espada.
Ni valia la pena rematarla.
Hitamo miró a su adversario, Raukion, desafiante. Ambos habian superado ya el mareo de las dimensiones. De hecho, Hitamo habia sentido su presencia desde el principio.
"Nuevamente, una batalla." gruñó Hitamo.
Hitamo analizó a su oponente. Conocía su reputación, despues de todo; antiguo compañero de Enor, en su epoca de "amistad" este le habia contado algunas de sus viejas aventuras en Queur. Si lo que el enano habia dicho era verdad, Raukion era un maestro de la escuela de esgrima de sauuki shima, un antiguo arte que hacía énfasis en precisión, defensa y elegancia. Su postura era clara al respecto, una variante de waki gamae dejando la espada desenvainada al costado, mostrando solo el tsuba. La espada de Raukion solo podía ser una odachi elongada, practicamente recta, de más de 3 shaku; la tsuka misma era más élfica que nihonhesa, una espada ideal para el sauuki shima.
Raukión, por su parte, repasó con la mirada a su enemigo. Su espada era una katana koto, teoricamente la legendaria Masamune; Joshep le había advertido que poseia una sombra, una katana invisible de nombre Muramasa. Su kantei nunca le había fallado, pero ahora al mirar ese simple tsuka-toi de cintas rojas, dudaba. ¿Esa era la espada legendaria de Sepher Sephiroth, de Edge Geraldine, de Garamond, de Zidane, de Gush Gilgamesh el inmortal, forjada por Goro Karyu el Melchior, en los fuegos del volcan de Hokkaido?
-Se lo que buscas, Valdarien.
-Y yo tambien se lo que ustedes intentan, Donovan.
Marak sonrió. El fantasma de Zeldon Naer se debatía impotente. Su habilidad para dominarlo era superior. Su ojos dorados relampagueaban de goce. Una gota de sangre dorada fluyo candente como oro fundido del corte de su mejilla, y manchó su chilaba de seda fina.
Otros sacerdotes espantaban a los fantasmas. Marak solo se contentaba con controlarlos.
-Tenemos que detener esto ahora, antes de que comienze la batalla del todo.
-Es demasiado tarde. Los tuyos y los mios ya se encuentran frente a frente.
La batalla todavía no habia comenzado, pero Tharloff sintió la adrenalina invadiendolo. La joven no parecia una amenaza, en ningún caso, pero detras de sus gafas rojas podia esperarse cualquier cosa. Notó que el punto donde los dedos de la mujer habian tocado su hombro se habian puesto colorados. ¿Veneno? ¿Acaso una cidaxiana?
Sonrió. Esta vez me han subestimado, pensó.
-¿Sabes que deberia dispararte?
-Pero no vas a hacerlo.
Silthe mordió la mejilla con fuerza; 'Megalreanna'.
-Algo nos está manipulando. Hitamo, Armand, Enor... 10 contra 10. ¿como la última vez? Demasiadas coincidencias.
-Quizas realmente él mismo esté buscando su reemplazo.
-Quizas.
-¿Por que estas con ellos?
-Porque me lo ordenaron.
Landon escupio.
El centro del multiuniverso no es un unico lugar, porque el multiverso se extiende infinitamente. Es una región, fija en las coordenadas morales pero que se entiende infinitamente las coordenadas espaciales, temporales y esenciales.
En cada plano, el centro del multiverso intersecta un punto en particular que con el correr de los años (permitase esa metafora incoherente) se convierte en un santuario. En el plano astral, el centro toma la forma de la Espiral de Plata, que guia las almas a los planos exteriores. En los planos elementales, toma la forma del Nexo Dorado, donde se unen todos los elementos. En los planos ireales, es el Metaphision Axximm. En el plano etereo, es la Gran Mancha Gris. En los planos exteriores, es Sigil, la ciudad eterna; que algunos llaman Cynosure y otros Ravnica. En los planos materiales es el Arbol Primordial Treant de Kraad, el Templo del Destino en Irintia, Greyhawk en Oerth, Waterdeep y Undermountain en Toril, Godshome en Krynn, Barovia, Oa, LankMark, Carcossa, Trantor, Eternia, Osgiliath, Fiddler's Green, Central Amestris, Varanasi, Tanelorn, Roke, Azim Balda, Ilum, el Monte Arreat, Tronjheim.
En estas alturas, el Centro del Multiverso es el ojo de un remolino, justo antes de la rosa de Plata. El Gommenmgast cae hacia el Centro.
-Porque era la unica manera de evitar que esto termine sucediendo, Donovan. Tengo que hablar contigo. Tu y yo tenemos que evitar que el multiverso colapse.
-¿Lo pensaste tu solito?
-No. Esas fueron desde el principio las ordenes de Lord Tressym.
-Asi que eres un traidor, pajarito. En lindos problemas nos metiste.
Los planes de Fleur siempre fueron confusos, pero ahora las cosas estaban claras. Nueve contra nueve. Mientras tanto, los controles secundarios de Gommergast estaban a su disposición. Landon habia rebelado la información a regañadientes, pero una pequeño yate de escape podría ser energizada externamente, a costa de dejar permanentemente varado al Gommengast.
Era cosa de suerte. Justo lo que ella necesitaba.
Mientras el Enano se daba de estocadas con sus enemigos, ella escapaba hacia El Jardin. Una vez allí, solo tenia que eliminar a ese viejo guardían. Simple y eficiente.
De pronto, su instinto le aviso que alguien estaba alli. Siguio manejando los controles exactamene de la misma manera, pero con un sutilisimo movimiento de cadera, aparentemente casual, dejo libre el pomo de Executrix.
El siguiente movimiento fue casi invisible. Habia esquivado la estocada, pero quedo atrapada contra el portillo del yate. El desemvainado sable de su oponente le inundaba de luz reflejada los labios.
-¿No te enseñaron en tu escuela de Heraldos que no es de buena educación atacar por la espalda, Pietra?
-Los Vanyar nunca permitimos que nuestra educación y modales sean un obstaculo para nuestros propositos, su majestad.
-En cambio, nosotros los kalanites nunca dejamos que nuestros propositos sean un obstaculo para nuestros propositos, querida.
-No puedo menos que estar de acuerdo con tan ingeniosas palabras, majestad. Empero, considero que el tiempo en las lenguas se batan ha pasado ya. Es la hora en que las hojas chispean.
-No eres rival para mi, Pietra. No eres una espadachina, solo eres una institutriz venida a menos. Apartate, vuelve a esconderte entre las alas de tu macho, si es que se le puede llamar asi.
-En guardia, Mademoiselle Noir.
Con el sable en la diestra y la siniestra en la cintura, de lado con la pierna derecha extendida, la mas clasica de las posturas de esgrima elfica, Pietra se enfrentó a su rival. La Triunvira escupió, pisó con la derecha el picaporte del portillo, saltó, desenfundó su estoque, golpeó con el pomo la punta del sable de pietra, cubrio con su mano derecha el rostro de Pietra, pisó con su taco aguja el hombro desprotegido de la elfa, y dejó que todo su peso la derribara. Luego, dio un paso al costado, pateó el sable hacia el vacio y envainó su espada.
Ni valia la pena rematarla.
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