miércoles, abril 19, 2006

Capitulo XVII: Ascensio

-Es la hora de salir de escondite - dijo Raukion con la fría serenidad caracteristica de los Kensais. Garlond habia visto esa expresión tantas otras veces, en el rostro de Dirand.
-Correcto. -la seca voz de Enor llenó el cubículo - Todos conocen sus adversarios y su posición en la nave, según lo que Fleur nos han informado. Debemos aprovechar que estan concentrados y atacar por sorpresa. Los blancos están dispersos en las estaciones designadas: tenemos exactamente tres horas antes de que lleguemos al punto de destino. Todos conocemos el protocolo una vez que derriben a sus blancos asignados. Comiencen
Los nueve infiltrados se dispersaron, cubiertos de mantos que los hacian invisibles a todos los tipos de percepción. Garlond miró el rostro de su amiga y amante, que le hizó el fugaz gesto de un beso, y cerró su capucha.
En silencio, Garlond memorizó la ruta. Su blanco estaba en el puente, quizas el punto más defendido. Afortunadamente, el puente estaba conectado por un ducto de ventilación al invernadero, donde se generaba el aire puro de toda la nave. Habia un par de rejas que retirar en silencio, nada que un toque de óxido no pueda solucionar.
El pasillo que comunicaba con el invernadero era demasiado amplio. Garlond maldijo en silencio el hecho de que el manto no le permita usar sus alas para volar. Estaba condenado a recorrer el tétrico corredor. Ademas, la nave habia comenzado a vibrar de manera muy poco confortable. El rugido del motor spelljammer iba subiendo cada vez más de los tonos graves, casi inaudibles, hasta un fragor que aturdía. Garlond se sorprendió al darse cuenta que estaba temblando. ¿Miedo? Era una posibilidad, pero no se sentía atemorizado. Era algo más primario, mas parecido a una especie de pesar en el alma.
Finalmente, llegó a la puerta de invernadero. El picaporte estaba helado; pero no se abrió.
Garlond meditó unos segundos. ¿Podría ser que ellos lo sabían? ¿Y todo era una trampa? Se volvió.
-Salgan ya...
Pero sus invisibles perseguidores ignoraron su sugerencia. Garlond maldijo e intentó de nuevo con el picaporte, sin éxito. Comenzó a forcejear. Unos pasos sonaron atras suyo, muy sútiles, demasiado.- Un vistazo pero no había nada atrás.
Un vidrio saltó por los aires, el limpido sonido ahogado por el fragor de la nave. Las astillas calleron a sus pies. Un ataque enemigo, Garlond cayó y lanzó un misil mágico . Sin blanco, los misiles chispearon y se disiparon en el aire.
Tenía la mano izquierda ensangrentada, fuera del manto, con un gran corte. ¿El sable inaudible, invisible de Naer?
-¡Sal ya, asesino!
Un figura se materializó ante sus ojos.
No era Naer.
Era Morrigan Redcrow, joven como el día que la conoció.
-Morry? No puede ser... estás muerta- sollozó Garlond.
Sus ojos eran completamente negros, sus pies bañados en sangre. Atrás, una gigantesca araña la escoltaba.
Un demonio babelith, uno de los habitantes de Pandemonio, donde Morrigan habia sido condenada hasta que Garlond la rescató.
El deja vú inundaba a Garlond, y un mareo increible, causado quizá por el hedor que surgía del interior del invernadero. El fragor de los motores ahora era el aullido enloquecedor de Pandemonio.
-La sangre es la vida- dijo Morrigan Redcrow.
-¿Como... -
Su rostro era ahora el del enmascarado Lamuel.
-Bienvenido al Sobremundo, gentil avariel.
Garlond se levantó y desenfundó su espada. Pero ya no estaba en Pandemonio sinó de nuevo en Gomerghast. Morrigan ni Lamuel estaban ahi ahora. La puerta del invernadero estaba abierta y una luz verdosa y una niebla lo cubrieron.
-Maestro? - dijo Garlond.
Sriladon salió de la niebla.
-Esto es imposible. ¿Donde estoy?
-¿Cuantas dimensiones tiene el universo, Valdarien?
-Siete señor, tres espaciales, una temporal, una metafisica y dos morales.
-Exacto. ¿Y hacia donde vas?
-A la corona de los cielos. Donde residía el Destino.
-¿En que coordenadas?
-Perdón.
-¿No estudió acaso, joven Valdarien? Esto no es una broma.
-No, no lo es.
Un par de brazos lo abrazaron por detrás.
-Hermanito...
Garlond se zafó del abrazo y avanzó hacia su maestro.
-¿Recuerdas estar muerto?- le susurrarón en el oido derecho.
-No. Estoy alucinando - admitió Garlond.
-Eso es evidente- dijo Iand Silverhand. Garlond no podía verlo, pero sabía que era él, de alguna manera...
-Es el proceso de la ascención, amigo avariel. Recorres las siete dimensiones simultaneamente. El alma humana no está diseñada para semejante tensión.
-Pero, viajar por los planos....
-Es diferente.-aclaró Silverhand- Normalmente uno se teleporta, cambia instanteamente sus coordenadas metáfisicas. Ahora estás viajando físicamente a través de las siete dimensiones. La aceleración que produce este desplazamiento te produce esas emociones incontroladas.
-Pero soy avariel...
-Esto no es magia, es física. O metafísica, si lo quieres ver así.
-Entiendo. Es análogo a la aceleración que se siente al arrancar un carruaje, el empujón de la inercia. Alucinaciones, paranoia...
-Eres brillante, amigo.
-Pero... alguien me atacó, tengo el brazo herido...
Iand ya no estaba. Todo habia vuelto a la normalidad?. Estaba en el invernadero.
Garlond examinó la herida. Habia un trozo de vidrio en ella. ¿Sería posible que en su forcejear habia pegado un puñetazo al vidrio?
La pesadez de su mente se había desvanecido. Garlond razono para si mismo
"Probablemente nuestra "velocidad" se haya estabilizado, y no se aplica más aceleración; por lo tanto, no hay "fuerzas inerciales" que afecten nuestra mente. Eso explica el tamaño de los motores de Gomergasht. De alguna manera, en vez de "teleportarnos" de punto a punto de los planos, estamos volando fisicamente en la recta que une los planos, usando un motor spelljamer modificado. Moverse en tres dimensiones requiere energía relacionada con un factor elevado a la tercera potencia de la distancia; moverse en siete requiere un factor elevando a la séptima potencia. Por otro lado, la masa incrementada por el rediseño y agigantamiento del motor spelljammer es despreciable en lo que respecta a este factor, porque solo es concerniente a las dimensiones espaciales, y posiblemente no estamos moviendonos en las dimensiones espaciales; no sentimos ningún efecto inercial ni ingravidez. Espacialmente, nuestras coordenadas estan fijas. Las que varían son las coordenadas metafisicas; seguimos flotando frente al gran arbol treant.
La carga util de la nave, en lo que respecta a las dimensiones fisicas, es el alma de los seres inteligentes: por lo tanto eso significa...
Que hemos duplicado exactamente la carga al entrar aqui como polizones. La nave es el doble de pesada; la aceleración será exactamente la mitad y el tiempo el doble.
Landón puede haberse dado cuenta de esto. Nos has descubierto. No hay ataque sorpresa. Eso cambia todo."
En ese momento una gloriosa sensación inundó a Garlond. El éxtasis inundó sus ojos llenos de lagrimas; cada nervio de su cuerpo se inundó de placer. Cayo de rodillas, la boca abierta en un mudo gemido.
La sensación se desvaneció.
"Es lo opuesto de una aceleración metafisica. La nave se detuvo".

martes, abril 04, 2006

All apologies

Believeinme, queridos lectores, que lamento sumamente que mi penultima entrada (dado que ESTA seria la mas reciente) sea tan extensa. Supongo que desde la chechistica experiencia de "Saludos, Cloyd..." ya deben estar hartos del blog por extension (no es nada personal Checho). Pero asi es como me salio el cuento y no pude pensarlo de ninguna manera en 3 partes. Me salio en 2.
Last, but not least, pido perdon por mis actos/ a quienes pude lastimar/ estaba atento al sistema nervioso central. No, fuera de joda, sory por las numerosas menciones a Catalina, pero espero entiendan el "momento por el qeu estoy pasando". No, eso suena demasiado cursi. Mejor, me importa un pingo si no les cabe que la mencioe tanto!! No, fuera de joda, a mi tambien me molesto un poco. En fin. Sory que no resultara tan graciosa como la anterior. Fueron escritas en momentos muy diferentes. Y sory por lo cursi. Y sory por las excusas. BAh, tambien ustedes... no hinchen el pingo!
Ah, otra cosa: gracias al nuevo ten Pack que lanzo al mercado "Budweiser", la anotacion "checho compro tres packs de cerveza para todos" queda copmletamente justificada. Mil gracias.

Pd: Sory Kiwo si parezco muy bardero. Va de onda, no? NO... si... masomeno!!!!

Parte 2: Invierno nuclear en Inglaterra

El vuelo 204 de Groenlandia a Inglaterra aterrizó delicadamente en la congelada pista del aeropuerto internacional de Londres. Juan Pablo despertó en su asiento al mismo tiempo en que las turbinas del avión disminuían su soporífero murmullo[1]. Se desperezó con incomodidad, debido a un perturbador sueño que había tenido durante el viaje.
-Que pasa, Elfo?- le preguntó Kiwi, advirtiendo que su amigo había posado la mirada en el vacío; recordaba que Juan Pablo hacía eso cada vez que se sentía triste y pensativo.
-No, nada!- dijo Juan Pablo sonriendo, eludiendo responder con la verdad a su compadre.
Luego de registrarse en la aduana, los seis amigos alquilaron un automóvil y se pusieron en marcha. Durante la primera hora, ninguno dijo una sola palabra, aun cuando habían pasado tantos años desde la última vez que habían estado juntos. Sin embargo, antes de partir del aeropuerto, Checho había comprado tres packs de cerveza, mas que suficiente para todo el grupo. Abrió una y comenzó a repartir para todos, incluso para Kiwi, que era quien conducía el vehículo. Así, de a poco, el flujo etílico comenzó a soltarles delicadamente la lengua. Al cabo de 15 minutos, todos estaban hablando idioteces y haciendo bromas ásperas e incisivas, especialmente Joaquín, que se destacaba entre los seis por sus oportunas y acertadas ocurrencias. Sin embargo, Juan Pablo aun sentía el mismo desuelo que lo había asaltado en el avión.
Pronto se hizo de noche y decidieron parar en una posada que encontraron en el camino, cerca de la entrada a la región de North Downs, en Caterham. Lentamente el paisaje se había vuelto un poco mas accidentado, poblado de altos arbustos y largos bosques de cedros y cipreses. Semejante contexto realzaba la peculiar impresión que daba la posada a cualquiera que la contemplara, especialmente bajo el intenso fulgor carmín de los cielos postnucleares. Cuando hubieron entrado, la primera impresión que vino a la mente de Lisandro fue “me corto las bolas si estamos en la posada del fin de los mundos…[2]”. Sin embargo, los testículos del DM permanecieron en su lugar.
Aunque la apariencia externa del edificio databa del siglo XIII, el interior había sido remodelado acorde a los tiempos modernos, o al menos la mayor parte. Por lo demás, la posada parecía ser un lugar amplio y suficientemente confortable para pasar la noche. Ojo se encargó de pagar las habitaciones y de ordenar una cena ligera para llenar sus estómagos antes de dormir.
Esa noche, Juan Pablo se despertó inquieto en su cama. Había vuelto a tener un sueño implacentero, que le había colmado con una sensación que hacia muchos años que no sentía. Incapaz de conciliar el sueño, se vistió y bajo a la sala de estar para intentar relajarse. Era una noche incipientemente helada y la vieja chimenea de la posada crepitaba con acogedoras llamas de una pálida tonalidad azulada. Advirtió que no se encontraba solo en el lugar, pues Ojo también se encontraba allí. Se hallaba recostado en un viejo sillón de tapicería roja con bordados dorados y leía desganadamente una revista de farándulas. “Que intrigantemente oportuno que sea justo el a quien hallo en esta cruenta noche de invierno…” pensó el Elfo.
-Eh, que pasa, Elfo?- pregunto Rubén- ¿sueño ligero?
-Si, mas o menos- contesto Juan Pablo- Desde hace un par de noches que no duermo bien por unos sueños que tengo.
-¿Qué, son sobre Kraad?
-No- atajó Juan Pablo, haciendo notar en el tono de su voz la rabia que le habían producido los malvenidos sueños- No son exactamente sobre Kraad.
-¿Entonces que?- inquirió el Ojo.
Juan Pablo cerró los ojos y guardo silencio por un instante, meditando si sería razonable lo que estaba por preguntar a su amigo. Aun cuando decidió que no lo sería, formulo la pregunta:-¿Cómo esta Ella?
Rubén observo detenidamente a su amigo, hallándose desconcertado por la pregunta -¿Cómo esta quien!- dijo con tono confundido.
-¡No me jodás, Ojo!- exclamó Juan Pablo
-En serio, no se por quien me preguntás!
-¡¡¡Catalina!!!¡¡¿Cómo está Catalina?!!!
-¡¡¿¿Y yo que pingo sé??!!
-¡¡EN SERIO, NO ME JODAS OJO!! Ta bien, se casaron y bueno, perdí el tren, pero no me gusta que me cargués, y menos con eso…
Rubén clavó una mirada acerada en su amigo. Podía aceptar que como artista Juan Pablo tuviera excentricidades, pero algunas eran incomodas y hasta estúpidas:-¿¿¿Qué YO ME CASE CON CATALINA???
-¡¡Ya te dije que no me cargués!!
-Juan Pablo, yo hace mas de cinco años que no la veo a Catalina- contesto Ojo alterado- Y yo me case hace dos años con Gi.[3]
-Ojo, vos te casaste con Cata- replicó Juan Pablo confundido.
-Nooo!!! ¿Que pingo??? ¿No te acordás? Por lo menos YO no la volví a ver a Catalina desde que vos dejaste ese laburo en 2006 ¿Se puede saber que pingo te pasa?
Juan Pablo quedó con la boca abierta, totalmente confundido ¿Acaso no había mencionado su amigo que se había terminado casando con aquel viejo “amor”?¿Porque ahora lo negaba? Con la misma velocidad que las preguntas llegaban a su cabeza, un desfile de inverosímiles y fantásticas respuestas cruzaba frente a sus ojos.
De pronto un relámpago golpeo a un árbol no muy lejos del edificio, produciendo un tremendo estruendo que alteró a todos los huéspedes del motel. Rubén y Juan Pablo quedaron impresionados no solo por la fuerza de la descarga, sino mas bien porque su breve discusión curiosamente no les había permitido notar que afuera se había desatado una furiosa tormenta eléctrica ¿O acaso la tormenta era tan repentina e imposible como el descubrimiento del Elfo de que algo no marchaba bien con la realidad desde que habían dejado Groenlandia?
-Ha comenzado- dijo la voz de Lisandro que había aparecido inexplicablemente en la sala. Juan Pablo y Rubén se sobresaltaron. Estaban tan distraídos que no habían oído los pasos de su amigo descendiendo la escalera, aunque se preguntaron si no era posible que ni siquiera hubiera bajado por las escaleras de manera convencional.
-¿Qué es lo que comenzó?- preguntó Ojo
-La Tierra se esta acercando hacia la convergencia de los Planos- respondió Lisandro. Su voz se oía mas grave y estruendosa de lo normal, como si estuviera hablando a través de las aspas de un ventilador-La antigua profecía Maya se esta completando. Las galaxias se han movido a un punto donde el tejido de la realidad entra en conflicto consigo mismo. Los diferentes continuos espacio-tiempo se solapan unos sobre otro constantemente. Gente que no debería estar aquí aparece de pronto…
-Como en “Crisis”- interrumpió Juan Pablo
-SI, ELFO ESTUPIDO- gritó Lisandro-¿Por qué pingo me tenías que cortar el monologo?
-Uh- replico Juan Pablo- ¡Sory!
-No importa. No podemos seguir esperando más. Tenemos que partir ahora, aun con el peligro que representa salir con esta tormenta eléctrica.[4]
Kiwi, Joaquín y Checho se asustaron un poco cuando los otros vagos los despertaron apresuradamente. Luego de explicarles la situación, prepararon las maletas apresuradamente y pronto dejaron la posada atrás. Antes de partir en el automóvil, Lisandro volvió la mirada hacia el edificio. En una de las ventanas alcanzó a ver la figura de la posadera. Sin embargo a la luz de un rayo le pareció que la figura no era la de una simple posadera, sino más bien el de una criatura angelical dotada de cuatro alas de plumas rosadas naciendo de su espalda y vistiendo una extraña armadura de tonos rojizos. “Debe ser mi imaginación” pensó Lisandro. [5]

El viaje hasta Willmington fue largo y relativamente complicado. La tormenta había aumentado paulatinamente su intensidad, dejando en el camino obstáculos tales como un desprendimiento de rocas o los restos calcinados de árboles que en su tiempo habrían sido muy altos y majestuosos. Finalmente, pasadas cuatro horas y media de travesía llegaron a la región que buscaban. Faltaban cinco minutos para que fuera la hora del te en la tarde británica y el día era veinticinco de diciembre.
La colina no era más grande que el más bajo de los cerros de Tucumán, pero tenía una presencia propia, como una personalidad sobrecogedora proveniente del fuerte mito que la rodeaba desde tiempo inmemorial, de todas las leyendas que se hablaban en su nombre. El Hombre Alto se dibujaba frente a ellos, un boceto de líneas blancas creadas con montículos de rocas pintadas que se renovaban cada cierto periodo de tiempo. Parecía que el perímetro en que estaba emplazado no se veía afectado por las intensas nevadas. Todo el resto de la colina estaba cubierta de un manto espeso de nieve. Era como si de alguna forma todo estuviese arreglado para lo que fuera a suceder en ese lugar.
-¡Ta bueno!- dijo admirativamente Checho lanzando gestos de aprobación mientras contemplaba la antigua ladera.
-¿Y ahora que hacemo´?- pregunto Joaquín
-Supongo que esperar- dijo Ojo -Va a ser mejor que empecemo´ a armar las carpas. Ta fresco pa que nos quedemo´ acá así nomás.
“¡Ni que fuéramos a hacer un campamento de una semana!” pensó Lisandro.
En poco más de media hora los seis amigos terminaron de armar dos carpas portátiles que los protegerían de la cruenta ventisca que se había alzado sobre el valle. Se refugiaron del clima y compartieron durante un rato unas cuantas cervezas. Luego de charlar por unos minutos se arroparon en las bolsas de dormir y se dejaron vencer por el ulular soporífero que producía el viento fuera de la carpa.

“…me dijo que si nos hubiéramos conocido en otro tiempo, vos y yo nos habríamos enamora… ya te dije, en cinco años nos vamos a volver a ver; vos vas a estar vestido con una campera bien fachera y unos jeans gastados!! No se porque pero te imagino así. Y yo ya voy a ser una diseñadora exitosa y vos un artista reconocido y enton… ¡¡…pero yo si quiero ser tu amiga!!...”

Una intensa ráfaga de luz blanca saco a Juan Pablo de su angustiante soñar. El suelo temblaba con furia debajo suyo, como si fuera a quebrares en cualquier momento. Salio apresurado de la capa y vio que todos estaban levantados ya. De hecho, los cinco amigos esperaban pacientemente a que el Elfo se les uniera mientras contemplaban embelesados la maravillosa visión que representaba el Hombre Alto abriendo su puerta.
A medida que las gigantescas manos de piedras blancas movían la delgada línea que representaba al portal, la luz aumentaba en intensidad. De pronto los vagos tuvieron que cubrirse los ojos del intenso ardor que les provocaba el pálido fulgor. Curiosamente nadie intento moverse ni escapar de allí. La luz los fue cubriendo de a poco, brillando mas fuerte que una estrella. Cuando al fin la puerta estuvo abierta, ellos ya estaban adentro.

-¿Cómo andas, elfo estúpido?-dijo una amistosa voz en el vacío.
Juan Pablo miró a todos lados y no logro vislumbrar a sus amigos. Tampoco podía ver de donde provenía la voz tan extrañamente familiar. Estaba completamente rodeado de la misma luminiscencia blanca que había salido del portal. Apenas podía recordar que después de que este se hubiera abierto, se sintió caminar casi en contra de su voluntad hacia la arcada que supuestamente los llevaría a Kraad. Solo cuando cruzaron la arcada supieron instintivamente que todavía faltaba un paso mas para llegar al otro lado.
-¿Todavía no comprendés donde estás?-volvió a decir la voz-¿O por lo menos quien soy?
Una triste y melancólica emoción invadió a Elfo cuando tuvo la certeza de la identidad de la voz, reconociendo en sus palabras a un viejo y querido amigo.
-¿Dónde estás?-pregunto Juan Pablo.
-Estoy aquí-contestó la voz-pero también estoy en tu cabeza. Es mas, lo mas probable es que esta última afirmación sea la mas acertada.
-¿Dónde estoy?
-Estas en el paso entre mundos. Hace de cuenta que estás en el construct de “The Matrix”.
-¿Y los vagos?
-Están acá. Con nosotros. Con vos. Solo que todavía no podés verlos. Todos ustedes están en camino hacia Kraad. Sin embargo, aun les falta dar un paso más.
-¿Cuál es ese paso?
-No se!
-¿Guot?!!¿Como que no sabés?¿Porque estamos todavía acá?¿Porque no podemos pasar?
-No se trata de pasar, Juan. Pensá un poco: que es lo que recordás de tu vida antes de los últimos días?
-Recuerdo la guerra, recuerdo mudándome a Groenlandia, recuerdo…-Elfo no pudo continuar. El terror lo asaltó pues de pronto se había quedado sin palabras solo porque simplemente no podía recordar nada mas. No tenía más memorias de su vida.
-¡Excepto desde Abril de 2006!-contestó la voz.
-¿Cómo supiste eso?-pregunto Juan Pablo desconcertado.
-¿Todavía no lo dedujiste?¿Incluso ni siquiera dedujiste el porque no dedujiste, valga la redundancia?
-¿Que querés decirme?
-¡Escucháme Elfo! Ni siquiera te acordás bien como te llamaba yo. No sabés exactamente como hablaba yo y sin embargo te diste cuenta rápidamente quien era. Es simple…
-…(por favor, no lo digás)…
-…esto ni siquiera esta pasando.
-¿A que te referís?
Juan Pablo sintió una extraña vibración en el ambiente y de pronto pudo ver claramente las figuras de sus amigos. Estaban todos de pie, cerca de el, y se veían igualmente desconcertados, como si también estuvieran hablando con un interlocutor que no podían ver.
-el futuro todavía no esta escrito-volvió a hablar la voz de su amigo. Le pareció ver que cuando esta oración era pronunciada, sus amigos también habían reaccionado. Era como si no pudiesen verse entre ellos y sin embargo todos estuvieran hablando al mismo tiempo con la misma Voz.- ¿O acaso no te pareció que los eventos de tu vida, o la de los otros chicos, eran más bien inverosímiles? ¿Acaso no podes oír e sonido del teclado mientras vos escribís mis líneas en el calido confort de tu casa, una tarde de Abril de 2006?
“No, no puedo creerlo” pensó Juan Pablo.
-Pero es así-le contesto la voz-Y si, tal como vos pensás, los otros también me están escuchando… mas bien me están leyendo. Porque todo esto es parte de un estúpido cuento!!
-¡No llames “estúpido a mi cuento!-grito Juan Pablo y asombrado se cubrió la boca con ambas manos, pues cuando profirió el grito, le pareció que su voz sonaba a la de Vegeta.
-¿Lo ves?-dijo su amigo -Nada de esto ha pasado todavía. Y aun te queda mucho por delante!!¡A todos! Si, tal vez algún día lleguen a Kraad, si realmente eso es lo que desean. Pero hasta entonces, vivan sus vidas. Aun les quedan muchos años por delante. Aun pueden hacer mucho en la Tierra. Acordate de lo que dice Gandalf: “todo lo que debes saber es que hacer con el tiempo que te es dado en el mundo”. O algo así era…
Juan Pablo guardo silencio. A su lado, vio como los otros vagos también bajaban la mirada mientras reflexionaban en las palabras que su amigo (no había) dicho. En el frío de la infinita inmensidad sintió una familiar calidez en sus mejillas que hacia varios años que no sentía. Eran lágrimas.
-¿Ya hora que?- preguntó Elfo abatido
-Simple-Dijo su viejo amigo-Ahora vas a guardar este cuento y lo vas a publicar en el blog de Kraad. Tal vez todos rían, tal vez no. “Mayhap” todos te bardeen por pollerudo por incluirla a Ella en el cuento. Tal vez no. Lo importante es que luego de eso, todo volverá a ser normal. Viví tu vida lo mejor que puedas. Vivan su vida lo mejor que puedan. Quizás, algún día, esta les de la revancha.
-Te voy a volver a ver?
-Tal vez.-una nueva sensación envolvió toda la zona en la que se encontraban los seis amigos. De pronto, un portal de luz azul y silueta espiralada se abrió en frente de ellos. Todos podían sentir el inmenso poder que emanaba del mismo-Ahora deben irse.
-Adonde lleva ese portal?- preguntó Juan Pablo, aunque le pareció que su voz era también la voz de Kiwi/Ojo/Checho/Lisandro/Joaquín.
-Simple-dijo la voz por última vez-¡¡¡A tu hogar!!!







[1] Esto generalmente se debe a que yo me duermo con el sonido del ventilador; de alguna forma, la turbina de un avión viene a ser como un ventilador gigante.
[2] Hubiera sido demasiado afano y demasiado obvio que llegaran a la posada del fin de los mundos!!
[3] Esto es mas bien una improvisación-alternativa posibilidad futura. Podría ser un diminutivo de Giselle, aunque nuestra Giselle seguro no es la única Giselle. O podría se la letra G pronunciada en ingles, lo cual da una mayor amplitud en la selección de posibles nombres.
[4] ¡¡Diálogos dramáticos!!¡Chupame el pingo Kiwi, vos y tus guiones perfectos de películas! Convertí esto en una y te llenas de oro, pezón. ¡¡Ajajajajajajajajaajajajajajajajajajajajaaaaaa!!! (risa malvada)
[5] ¡¡Predecibleeeeee!! Que línea pedorra.