El poder curativo es uno de los misterios del universo. ¿Por qué esta universalmente vedado a los magos? ¿Por qué solo los sacerdotes pueden ejercerlo? Es una limitación ineludible. No hay otra cosa que la Magia no pueda hacer mejor que la Fe; sea abrazar con fuego caído del cielo, sea moverse por reinos mas allá de la realidad mundana, sea incrementar la fuerza y el poder de un aliado; sea animar a un cadáver con esa extraña parodia de la vida que llamamos la no-muerte. Los magos dicen que el poder curativo es difícil de duplicar con magia ya que requiere un control exhaustivo de una mente suprema (es decir, un dios) para regenerar cada célula dañada, cada tejido rasgado. Nada dicen, por supuesto, de porque esa limitación no se aplica a la tarea de digamos, mover cada átomo de sus cuerpos a otro punto del planeta instantáneamente.
Los Sacerdotes dicen que los dioses crearon la magia para darle a los seres vivos un potencial para sobrepasarlos o reemplazarlos. Sin embargo, también crearon la muerte para evitar que esto sea inevitable a la larga. Y para asegurarse que una cosa no sobrepase a la otra, diseñaron una limitación inherente en la magia que impedía desafiar a la muerte. Nada dicen, por supuesto, de los cientos de maneras que los magos han encontrado para escapar a su muerte, desde el primer Lich que se oculta en el inframundo, hasta los eventuales feyrs, archimagos, o el simple conjuro de Longevidad que garantiza la inmortalidad clínica. O los dragones, su propia creación que son tanto, para todos los fines prácticos, grandes magos como, para todos los fines prácticos, inmortales.
Ninguna de esas disputas le era familiar a Casandra, ni, en rigor, le importaban un rábano. Ella estaba mas allá de esta limitación porque a) al ser un arkane, había nacido en un universo diferente donde las patéticas limitaciones de este mundo no se aplicaban, b) no era maga ni sacerdotisa, sino psionica c) era tanto capaz de curar como de usar artes psionicas capaces de eclipsar a un mago de su mismo nivel.
Y haciendo uso de ambas habilidades, despertó a Tharloff.
- Paska! Tämä lohikäärme oli erityisen hedelmällinen! –gimió el drakking en Dveska.
- No era un dragón, querido. Landon destruyo su propia nave. Sabes que es un poco precipitado.
- Auuch…supongo que siempre se arrepintió de no haber disparado en ese mundo alterno que visitó… el del morgest.
- Tú estabas muerto en ese mundo, Tharly – le dijo, acariciando la cabeza.
- ¿Cómo esta Grana?
El rostro de Casandra se ensombreció – No hemos encontrado su cuerpo. Si es que quedo algo… este lugar es especial.
Luego de un momento, admitió: - Creo que esta vez la hemos perdido.
Tharloff bajo la vista. Estaba demasiado cansado para sentir angustia.
-¿Encontraron a Charizar?
-Si. Lo he curado. Me ha costado una pelea con Armand, te diré.
-Entiendo.
El drakking reconoció que estaban en la enfermería, desordenada pero más o menos entera. Noto que la camilla donde estaba Magetrain en éxtasis estaba vacía.
-¿Qué demonios fue eso, Cas? Digo, Enor, ese ataque y todo eso.
Cas se encogió de hombros.
-Enor creía que nuestra misión podía cambiar la historia, acaso destruir el mundo. Un mundo que el controla en gran parte. Tenía mucho que perder.
-Era el último sobreviviente de los que destruyeron al destino, verdad?
-Así es. – lo miro extrañada – ¿Como lo sabes?
-No estoy seguro. Me sonó cierto, simplemente.
-¿No te estarás volviendo telepata, T? – Cas sonreía.
-No, Tiwur me libre. Ser un virtumante es demasiado para cualquiera.
-Bien, porque no quiero competencia. Enor vino a salvar el mundo, el mundo que él entendía que era el correcto.
-Entiende aun. No está muerto. – meditó el karmigero..
-No. No sentí que haya muerto. Pero no está aquí. – aclaro Cas.
Tharloff cerró los ojos. Sintió el karma a su alrededor, buscando ese agujero en la matriz del karma que Armand le había comentado.
-Quizás no. ¿Así que nos abordo?
-Estuvieron a bordo todo el tiempo. Usaron alguna especie de magia o poder para ocultarse de nosotros, de mi telepatía, de los sentidos de Grana, de su percepción del karma.
-Son buenos. – admitió el karmigero.
-Tuvieron ayuda de adentro, también.
Tharloff se sintió incomodo.
-¿Pirotesh?
-Si. Prácticamente fue la que organizó el ataque, a la par de Enor. Nos traicionó. Se escapó en la capsula de escape. Landon dice que debe estar llegando a la corona del destino.
-Mierda. – El labio le sangraba; era curioso que Cas se haya saltado ese detalle. Se lo limpio.
-¿Tenemos más bajas? – Preguntó Tharloff – O sea, Grana, el viejo Ruspy…
-Hitamo. Zeldon.
Tharloff maldijo en voz baja.
-Y Megalreanna… bueno, es diferente ahora. Se fusionó con un heraldo de Sirion, parece que eran amantes, y ahora, son una misma persona. O criatura. O cosa.
Tharloff se incorporó y salto de la camilla. Se ajusto sus brazaletes.
-Bien. ¿Como sigue esto?
-La nave está hecha pedazos. Esta sala y parte de la parte de arriba es lo único que queda. Armand está con los prisioneros – Frunció el seño, era evidente que no le gustaba ese concepto. – Landon está tratando de improvisar alguna manera de seguir adelante.
Cruzaron un par de escotillas, y llegaron a una sala donde efectivamente estaban Armand y los prisioneros. Charizar, sano, pero visiblemente debilitado, lleno de cicatrices. Un goano vestido como un mujid, profundamente dormido. Y un elfo robusto, de kimono y espada, las manos atadas.
-Tharl. – Saludo Armand. – Buena pelea.
-¿Buena? Enor me hizo pedazos, si Char no lo distraía…
-El que da el último puñetazo es el que gana, Tharl. Enor no esta aquí, y solo quedas tu. Ganaste, mi amigo.
Casandra se inclino a borrar las cicatrices del dragón, pero este se negó con un gruñido.
-Me dejaste solo…
-El karma es un asunto solitario, discípulo.- se burló- Tuve que hacer un servicio a unos amigos.
-¿Megalreana y el heraldo? ¿Dónde están?
-Afuera, con Landon. Tenemos que seguir. Hitamo lo habría querido así.
-¿Qué vamos a hacer con tus “prisioneros”? –pregunto, irritada, Cas.
-No lo sé, Cas – contestó, un igualmente irritado Armand.
-Hoy no ¬–tercio Tharl. – Cas, abre un vínculo con Landon.
"Landon, que vamos a hacer."
"Como está la situación allá afuera."
"Bien, lo que hice, lo hice bien. La nave se queda. Cuando apague los motores conservamos mucha… “inercia”, así que estamos más cerca en las dimensiones trascendentes. Pero no vamos a llegar."
"¿Entonces?"
"Tenemos una alternativa."
"¿Pensaste en algo?"
"No. Nuestro nuevo amigo, o amiga, o amige. Puede llevarnos."
"¿Mitrae?"
"Si. Es parte de sus habilidades como El Pacto, dice. Puede movernos a todos allá."
"Excelente."
"Pero hay una condición. Aparentemente, solo puede haber hasta 10 eleutheros, sea lo que sea eso, en el jardín."
"Así que tendremos que llevarnos a los prisioneros?"
"Inaceptable. Mataron a Grana, a Zeldon y a Hitamo."
"Enor mato a Hitamo. Grana murió en la explosión. Zeldon está vivo… bien, no muerto. Pero no aquí."
"Eso es irrelevante. Son enemigos."
"No es un punto a negociar. Son Diez o nada, dice Mitrae."
"No llegamos de todas maneras. Nosotros somos cuatro, con el ángel somos cinco, los tres prisioneros son ocho. Pirothess es la novena."
"Gracias. Aun no aprendí a contar. Mitrae dice que tenemos un último eleuthero que nos está esperando allá."
"Si, el Guardián."
"No. El Guardián no cuenta."
"¿Quién?"
"No lo sé. Mitrae dice que es una sorpresa."
"Opss. Está bien. Pero quiero mis miyikos."